Lo que en un principio parecía que iba a ser un día de visita obligada a uno de esos sitios precedidos de fama y que después poco tiene que ofrecer, se ha convertido en una deliciosa excursión con unos maravillosos paisajes costeros, culminados por la espectacularidad de los acantilados del "Cabo de Buena Esperanza".

Hemos salido con el coche por la mañana decididos a llegar hasta el cabo, en un día un poco frío pero con un sol que se ha ido asentando a lo largo de la mañana y que nos ha permitido tener una espléndida visión permanentemente de una costa en la que las montañas de piedra caen en picado al mar.

Después de atender los consejos sobre como tratar a los babuinos que hay muchos en la zona y los cuidados a tener con ellos, hemos llegado al faro del cabo que se ubica en lo alto de un peñasco, aunque el auténtico "Cabo de Buena Esperanza" se encuentra a unos poco cientos de metros a su derecha, si bien, estando allí no se aprecia cual es el punto de la península más saliente al mar.

Las vistas desde el faro eran preciosas y había varios caminos por los que podías recorrer otras zonas, entre los que destacaría un corto sendero que te aproxima a los acantilados de debajo del faro con caída vertical al agua.

Para comer nos hemos acercado al auténtico "Cabo de Buena Esperanza" que en realidad es un pequeño saliente menos espectacular que el peñón del faro.

La vuelta la hemos realizado por una carretera de la costa, con unos preciosos pueblos llenos de chalets y urbanizaciones, donde parece ser pasan los fines de semana los ciudadanos pudientes de "Ciudad del Cabo" que deben ser muchos por el número y calidad de las casas. Zonas muy ajardinadas y cuidadas que nos han demostrado que en Sudáfrica al menos una parte de su población goza de un alto nivel económico, recordándome bastante a Australia en donde los residentes en "Sidney" escapan los fines de semana a las playas de "Bondi".

Mañana iremos a ver otra parte de la costa e intentaremos llegar hasta la punta de tierra más al sur de África, al llamado "Cabo de las Agujas".

Aunque teníamos intención de llegar hasta la punta más al sur del continente africano, al poner el GPS en marcha nos ha marcado cerca de 3 horas de viaje por la ruta rápida y como queríamos además ver la costa, no nos daba tiempo de todo. Hemos decidido llegar hasta un punto en el que se podía retornar por una ruta costera, que si bien nos ha gustado no era tan bonita como la de ayer.

Numerosos pueblos con muchas casitas de bastante nivel han llenado toda la costa sur mientras recorríamos numerosos miradores desde donde parece ser que se pueden avistar ballenas, pero ahora no era el tiempo idóneo. El tiempo nos ha acompañado luciendo el sol durante todo el día pero la temperatura era bastante fresca y sólo hemos visto a un par de surfistas en el agua con mucha moral porque lo que se dice olas no había y el agua tenía que estar helada.

Por la tarde hemos ido a visitar las playas cercanas a la Ciudad del Cabo, llamadas "Clifton" y "Camps Bay" donde se concentraban los residentes de raza blanca y las casas era de ¡¡¡ diseño !!!

Al atardecer nos han pillado numeroso atascos porque hemos coincidido en la hora de salida de trabajar y las carreteras se han inundado de coches. El circular en Sudáfrica tiene sus peculiaridades porque se permite incorporarse a otros carriles sin tener semáforo, lo que origina descomunales atascos y barreras de coches en cuanto la densidad de coches en la carretera crece un poco.

Último día en Sudáfrica porque mañana cogeremos el avión de vuelta a casa, con pena porque ha sido un viaje muy bonito y que nos ha gustado mucho. Estamos convencidos que volveremos a África para seguir intentando ver los leones que se han negado aparecer en esta visita.