Hoy hemos volado de nuevo con Air Asia desde Krabi y con destino a Bangkok, por 12 € cada uno. Hemos cogido el coche que tenía reservado en el aeropuerto y con dirección al sureste de Tailandia, nos hemos dirigido a Chantaburi de camino a la isla de Ko Chang, de la que tan buenos recuerdos me quedaron.

Hemos llegado a Chantaburi al atardecer y nos hemos hospedado en el mismo hotel en el que estuve anteriormente. He llevado a mi familia al curioso y gran mercado callejero, en donde de nuevo he podido ver a mi amigo el elefante paseando entre los puestos.

Nos hemos decidido a cenar en la calle. Había una zona con puestos de diferentes tipos de comida y hemos iniciado la tarea de probar un poco de todo. Entre risas y buen humor hemos disfrutado mucho, intentando hacernos entender, lo cual ha sido difícil porque no hablaba nadie inglés y conseguir un poco de sal ha sido toda una odisea. Con las especies que utilizan no requieren de sal al cocinar, por lo que resulta complicado hacerse con la que necesitábamos. Como hemos conseguido que no nos echaran especias en los platos, había que darle un poco de sabor a la comida. En esta ciudad no están acostumbrados al turismo, pero han sido muy amables ayudándonos en la tarea de cenar e incluso nos han felicitado muy efusivamente porque España había ganado la Eurocopa de futbol.

Ésta ha sido otra faceta de conocer Tailandia, el contacto humano y mezclarte con ellos en su terreno habitual. Una de las mejores formas es participar con una cena similar a la que ellos hacen todos los días y en su propio ambiente.

Hemos salido temprano por la mañana para coger el ferry con destino a la isla de Ko Chang, donde en coche nos hemos dirigido al hotel de mi amigo el travesti. He avisado a mi familia para que no mostrasen extrañeza por la situación con la que se iban a encontrar, ya que la calidad del hotel lo merecía.

Nos han dado una cordial bienvenida y se acordaban de la vez anterior que estuve, sintiéndose felices porque les he dicho que me había gustado mucho su hotel y que por eso repetía, pasando a presentarles a mi familia. Todos hemos sido muy corteses y amables por lo que el "check in" ha sido muy agradable. Nos han dado un bungalow con 2 pisos y lo primero que hemos hecho ha sido alquilar motos en el propio hotel para recorrer la isla.

Hemos pasado el día de un sitio a otro, disfrutando mis hijos principalmente porque en Donosti no están acostumbrados a andar en moto, y andar allí y por la izquierda, ha sido toda una proeza.

Hemos comido en un precioso pueblo de pescadores con las casas sobre el mar y a media tarde nos hemos dirigido a una maravillosa cascada que permite bañarte en un agua cristalina. Retorno al hotel para aprovechar también la maravillosa piscina que tiene

Una buena y muy barata cena, ha puesto fin a otro precioso día. Aunque el tiempo no nos ha acompañado del todo y ha llovido en ocasiones, la temperatura que hacía invitaba a bañarte en los muchos sitios que ofrece la isla.

Vuelta a la península e inicio del retorno hacia Bangkok con parada en Pattaya. A mi familia al igual que a mí, tampoco les ha gustado esta ciudad, sorprendiéndoles cuando les iba indicando todo lo que había relacionado con el turismo sexual. Poco que contar de este día.

Como no han querido permanecer por más tiempo en Pattaya, hemos decidido volver un día antes a Bangkok y terminar de ver lo que nos falta.

Hemos vuelto al mismo hotel, en el que ya he estado 4 veces por su excelente ubicación y en el que me tratan como a un cliente conocido.

El día lo hemos pasado en lugares que aunque ya conocíamos nos resultaban agradable de volver a visitar.

Último día en Tailandia. Hemos recorrido algunas zonas que mi familia no conocía y hemos encontrado en el parque Lumphini a los "lagartos de Comodo", paseando por la orilla del estanque con toda tranquilidad cerca de personas y que tanto me sorprendieron la primera vez que los vi.

Últimas compras de ropa y recuerdos para cerrar el día en el aeropuerto como fin de un maravilloso viaje a un sorprendente país.

Resumen

Un sorprendente país en el que la naturaleza ha puesto de manifiesto su capacidad de crear espectaculares entornos, principalmente basados en el mar y la roca kárstica. El hombre por su parte ha contribuido a través de culturas milenarias a engrandecer a Buda a través de numerosos templos con una arquitectura muy diferente a la que estamos acostumbrados.

Esta combinación de naturaleza y arte religioso da como resultado un país que todo viajero debe visitar y admirar. Sus gentes amabilísimas y con permanente sonrisa, contribuyen a que la estancia sea todavía más agradable y cueste marcharse.

La diferencia entre nuestras culturas es muy grande, mientras que en occidente el tema sexual tiene un tipo concreto de connotaciones, en Tailandia he podido observar que: transexuales, afeminados y prostitutas conviven en total armonía y respeto con el resto de la gente, desarrollando actividades en conjunto que aquí serían impensables.

La limpieza y desarrollo económico han sido otros factores que también me han sorprendido muy agradablemente. Tal vez, porque venía de países árabes he apreciado un grandísimo cambio: cuidados jardines, brigadas de limpieza trabajando permanentemente en las calles, aunque ello no quiera decir que en algunas zonas principalmente en Bangkok no haya observado suciedad, pero la imagen final que te queda es de un país limpio y ordenado y con gran futuro.

Unas buenas infraestructuras de carreteras y comunicaciones junto a la creación permanente de nuevos edificios en Bangkok están llevando a esta ciudad a proclamarse en un gran centro financiero y económico asiático y en un prototipo de ciudad en la que todos tendremos que vivir en un futuro, si no cambian ¡¡¡ y mucho !!! los planes de desarrollo urbanístico que tenemos. La plaza de Siam como centro comercial, nos muestra 3 niveles de railes para un tren, más los consiguientes viales para el tráfico rodado, todo ello condensado en la anchura de una avenida normal y con el estilo de las películas futuristas, donde el consumismo es el motor de su desarrollo.

En definitiva, un país muy recomendable de visitar, eso sí, evitando algunas ciudades como Pattaya, si no se está interesado en lo único que aporta: sexo. Centrarse en las maravillosas islas, disfrutar de sus preciosas playas, admirar su cultura religiosa y convivir con sus gentes, es sin duda, la mejor oferta que puedes encontrar.