Por la mañana he cogido un autobús que me ha llevado a Hoi An. Cerca de 4 horas con muchísimo tráfico de motos a lo largo de todo el viaje, y es que continúo sin saber el porqué de tanta actividad en la carretera yendo de un lado para otro, tocando bocinas y jugándose literalmente el pellejo, porque aquí el más grande es el que manda y si desciendes en la cadena te puedes imaginar lo que importa un pobre peatón.

Por eso será que se ven tan pocas personas mayores. Entre la pasada guerra que hizo auténticos estragos y ahora el tráfico, el caso es que prácticamente todos son jóvenes los que se ven en la calle.

Hoi An tiene fama de ser uno de los puntos más atractivos de Vietnam, porque es de los pocos lugares en el que aún se puede ver edificios antiguos que sobrevivieron a la destrucción que hubo en Vietnam. Pero yo no he tenido mucha suerte, porque toda la zona antigua está en obras y es un auténtico caos. Es allí donde se concentran los lugares más interesantes, pero moverse por la zona ha sido muy difícil: motos, peatones y bicicletas, todos a la vez intentando pasar los primeros.

Al anochecer sí he disfrutado, porque he ido a la orilla del río a cenar y ya no quedaba gente. Me he sentado en una terraza y por 3 € y medio, he comido un montón de cosas diferentes incluido marisco y una cerveza. Creo que Vietnam es el país de los que he estado en el que mejor relación precio - calidad hay. Todo es muy barato para nuestro cambio y hay gran limpieza y amabilidad en los hoteles.

Mañana tengo intención de alquilar una motocicleta e irme por los alrededores, " La Playa de China " y la " Montaña de Mármol ", entre otros destinos.

He alquilado una moto y me he lanzado a la carretera como uno más, tocando la bocina a todo cristo, porque es lo que se hace aquí, aunque todavía no he descubierto para qué. Ayer cuando venía en el autobús, iba en el asiento de detrás del conductor y éste, usaba la bocina a modo de morse cuando se cruzaba con otros autobuses y camiones. Incluso tenía 2 tipos: 1 fuerte para la carretera y otras más suave para la ciudad, supongo que para no tumbar a las pobres motocicletas en los cruces.

Entre bocinazos y demás riesgos que había en la carretera, he llegado a la " Montaña de Mármol " que está a unos 25 Km de Hoi An, la cual, no tiene excesivo interés, salvo que se ve como trabajan el mármol, creando budas, dragones, leones y esculturas de todo tipo.

Pegaba un sol de muerte y como había perdido una vez más la gorra en algún acelerón de la moto, se me ha ocurrido preguntar a una señora donde podía comprar algún sombrero, ¡¡¡ y la he liado!!! porque se ha organizado casi una procesión de señoras ofreciéndome unos sombreros de paja que ni Cantinflas se hubiese atrevido a ponerse en sus mejores años. Así que he salido pitando con la moto y me he dirigido a la "Playa de China", famosa porque durante la guerra era la zona de descanso de los americanos, antes de volver al frente.

Por el camino he encontrado un sombrero ¡¡¡más normalito!!! y me ha costado entenderme con el vendedor porque no me hablaba más que por señas y yo necesitaba uno más grande. He supuesto que no sabía inglés, hasta que ha aparecido otro vietnamita por allí, y ha seguido con la misma forma de expresarse, soltando algún que otro gruñido, por lo que he descubierto que era mudo.

En la playa me he metido en el agua pero no me he atrevido a nadar, porque en la orilla había muchísimas medusas, por lo que no he querido arriesgarme a tener algún incidente, ya que la zona en la que estaba no había nadie más y la playa tampoco era una maravilla.

He comido muy bien en un chiringuito: Atún con tomate guisado y cebolla, que estaba muy rico y barato, por menos de 4 €.

He cogido la moto para volver al hotel con la intención de darme una ducha, pero no ha sido necesario llegar al hotel. Ha caído una tromba de agua que me ha pillado en la carretera, hasta que he podido meterme debajo de un árbol. Cuando ha escampado he salido y continuado viaje. Al poco rato, 2ª tromba de agua, que me he calado hasta los huesos y vuelta a parar en una casa que me han acogido amablemente hasta que ha parado. La 3ª no ha sido una tromba sino un diluvio que casi no veía ni el GPS que llevaba en la mano para saber el camino de vuelta, pero esta vez no he parado hasta llegar al hotel. Y aquí estoy, en la habitación escribiendo antes de lo usual para tener tiempo de salir si escampa el tiempo y con toda la ropa puesta colgando del aire acondicionado para que se seque.

No obstante las vicisitudes, hoy también he disfrutado mucho, cada día es diferente y te encuentras con muchas situaciones no previstas, por lo que debes tomártelo con filosofía y buen humor.

Mañana vuelo a Ho Chi Minh, antiguo Saigón, para desde allí hacer una última escapada al Mekong.

A primera hora he salido de Hoi An hacia el aeropuerto de Da Nang, donde he cogido el avión con destino a Ho Chi Minh o mejor dicho Saigón, porque aquí todo el mundo le llama así, aunque oficialmente y por escrito aparezca el nuevo nombre.

He llegado sin contratiempos al hotel y a las 10 y media de la mañana ya he empezado a recorrer la ciudad. Me he preparado una ruta con bastantes puntos de interés que tenía ya introducidos en mi GPS y que al final me ha supuesto darme otra de esas palizas de más de 7 horas andando con un calor de muerte y no digamos la humedad. Creo que cada vez va a más y no paro de beber agua.

Lo que he visto de Saigón no me ha gustado. Es una ciudad mayor que Hanoi pero sin ningún encanto. Salvo un parque que concentra el Jardín Botánico, el Zoológico y el Museo de Historia, el resto no es más que una marea de motos. Si pensaba que andar por Hanoi era la leche, era porque no conocía Saigón. Tiene 4 millones de habitantes y 3 millones de motos. Las que no están circulando, están paradas en las aceras y muchas de ellas con su dueño montado esperando a no sé qué.

Ya sé que me repito con el tema de las motos, pero aunque había oído hablar mucho de ellas, no me imaginaba la importancia que tienen en la vida cotidiana de Vietnam. En el paisaje siempre hay motos, continuamente tienes que negarte a que te lleven en forma de taxi. Siempre estás esquivándolas, cuando vas por la acera porque están aparcadas y cuando cruzas una calle, te lanzas a encontrar un hueco entre las que vienen para colarte y conseguir llegar a la otra acera, a seguir sorteando las que allí están aparcadas.

Por lo tanto para mí Saigón es sinónimo de moto, puesto que no hay nada aparte de ellas que me haya llamado la atención.

Hoy he tenido una sorpresa muy agradable al recibir un correo de mis amigos Tony y Belén, con quienes coincidí en la Bahía de Halong, en el que mandaban unas fotografías que se pueden ver pulsando en el reportaje de abajo. El conocer a otras personas con las que conectas aunque sea sólo unas horas, es otra de las grandes satisfacciones que tiene viajar.

Mañana salgo para el Delta del Mekong, donde estaré 3 días viendo la zona sur de Vietnam.

Hoy he viajado en un tour organizado al Delta del Mekong. Su orografía llena de canales y brazos del río principal, junto con la necesidad de coger continuas motoras y barcas de remos para los desplazamientos a la multitud de islotes que hay, me ha aconsejado el ir en grupo aunque no me suele gustar este tipo de plan, pero cuando las circunstancias lo marcan, no hay más remedio que asumirlo si quiero ver algo de la zona en el poco tiempo que me queda.

Y la verdad es que a veces ha sido un poco coñazo, porque nos han hecho montar en carro y el pobre caballo que era más viejo que Matusalén, casi no podía con nosotros. Nos hemos quedado los últimos y he estado a punto de bajarme y empujar para ayudar al pobre animal, porque me daba mucha pena.

También hemos tenido la clásica sesión de fotos con una gran serpiente alrededor del cuello, a lo cual, me he negado y no por miedo a la serpiente que debía estar medio dormida, drogada o hasta la coronilla de aguantar a los pesados visitantes de todos los días, sino porque siento vergüenza de estas cosas. Y por si esto fuera poco, he sido el centro de atención a la hora de la comida, porque supongo que el grupo habrá pensado que iba de rico. El caso es que aparte de la comida normal que han servido a todos, a mí me han traído un enorme pescado puesto en vertical en una gran fuente. El pez tenía pinta de piraña y todo el mundo miraba al pez y luego a mí asombrados. El tema ha sido que como compensación por no haber organizado el tour que yo había contratado me han compensado con comida extra y mejores hoteles, cosa bastante fea para el resto del grupo. Yo no sabía dónde meterme y menos mal que estaba compartiendo mesa con tres jóvenes japonesas de Osaka y les he convencido para que me ayudaran a comérmelo. Al principio eran reacias pero hemos terminado casi peleándonos por coger algunos trozos, porque la verdad es que estaba muy bueno. De hecho, una familia de Malasia después de ver el pescado también lo ha pedido, pagándolo aparte.

El Mekong es un río que parece que transporta café con leche por el color que tiene y aunque como paisaje me recordaba a la zona de Tortuguero de Costa Rica, pero en peor, el navegar entre la densa vegetación te trae a la memoria las películas americanas como "Apocalipsis Now". Discurriendo entre estrechos brazos y viendo la imagen de la vietnamita que remaba, te imaginas la tensión en general que debía haber en un entorno tan agreste y en guerra. Nos ha llovido un fuerte chaparrón como ya es habitual y aunque me he mojado no me ha importado, porque parecía parte del paisaje que de esta zona tenía en la memoria y me he sentido un poco más integrado.

Mañana toca día de mercados flotantes y recorrer algunas otras zonas del río.

Continúo en la zona del Mekong y a las 7h de la mañana nos hemos desplazado a ver el mercado flotante de Phong Dien. A esa hora la carretera ya estaba llena de motos y se veía gran actividad porque aquí en Vietnam se vive en la calle conforme a las horas de luz.

Hemos llegado al mercado en el momento clave en el que la actividad comercial estaba en su apogeo. Este mercado concentra a los grandes mayoristas de frutas y verduras, por lo que se veían grandes barcazas de madera repletas de productos y a ellos negociando los precios.

Una curiosa imagen de cómo viven los vietnamitas del sur perfectamente adaptados al río Mekong y cómo sacan partido a sus aguas: grandes producciones de arroz que les permite hasta exportarlo, banco de producción de numerosas especies de verduras que crecen en el río y que son recolectadas porque son comestibles y empleadas en la gastronomía del país, pesca de numerosas especies de peces y todo lo relacionado con las tareas domésticas y cotidianas. Hemos recorrido varios ramales del río y se veía a mucha gente lavando la ropa, bañándose con jabón y limpiando los cacharros de la cocina directamente en las aguas del río.

El camino que hemos seguido tenía un trazado en círculo, pero faltando ya poco para llegar, hemos tenido que volver por el mismo camino que habíamos seguido, ya que las plantas acumuladas en el río impedían a la motora continuar, así que hemos estado cerca de 5 horas, sentados y sin poder movernos.

Después de comer hemos cogido el autobús y nos hemos pegado otras 4 horas para llegar a Chau Doc, que no debe estar muy lejos, pero es que circular por estas carreteras no permite pasar de 30 Km/h. por la densidad de motos.

Un día un poco pesado por estar tantas horas sentado en condiciones incómodas, ya que no habré andado en total en todo el día ni 500 metros y yo estoy acostumbrado a moverme.

Mañana vuelvo a Saigón y daré por terminada mi estancia en Vietnam

Realmente me confundí al contratar 3 días en el Mekong. La tarde de ayer y el día de hoy prácticamente lo he pasado en la carretera. Como estamos en la frontera con el sur de Camboya el viaje en autobús ha durado entre una cosa y otra más de 8 horas, teniendo que esperar una hora más para cruzar el río en ferry llegando a Can Tho.

Está claro que lo mejor para ver el Delta del Mekong es desplazarse en tren hasta Can Tho, que me ha parecido una ciudad muy moderna y bonita a pesar de lo poco que he visto y alquilar una motora para que te lleve a ver el mercado flotante de Phong Dien, que es lo más impactante de todo y muestra cómo se desarrolla la vida en el río.

Aparte de esto, poco más me ha parecido realmente de interés y si haces cuentas de las horas de viaje con repetidos cambios de autobuses y demás, posiblemente interese pasar más tiempo en otras zonas de Vietnam. Incluso de todos los tours que he realizado en este país, éste ha sido el peor con mucho, tanto organizativamente como de la calidad de servicios, comidas y hoteles.

El resto de los componentes del grupo estaban todavía más cabreados porque hasta los hoteles les han parecido no muy limpios. Yo como he sido un "privilegiado" como compensación por la no salida del tour que había contratado, he recibido un trato especial y buenos hoteles. Pero tampoco me ha gustado la organización, hasta el punto que cuando hemos llegado a Saigón de vuelta, no nos han repartido por los hoteles como cuando hicieron al ir a buscarnos. Nos han dejado a todos en el mismo punto y hemos tenido que acarrear con las maletas. Gracias a que el GPS me ha indicado que estaba a 200 m. de mi hotel y enseguida he llegado, pero los demás no sabían donde estaban y hacia dónde tenían que ir.

Como última noche en Vietnam, he cenado en el propio hotel, ya que la terraza del último piso es restaurante con unas preciosas vistas. He pedido una cena occidental dando un descanso al estómago de tanta comida asiática. El precio ha sido de 8 € con cerveza y un vaso de vino incluido, para acompañar a un bistec de carne a la pimienta. Realmente ha sido una cena especial, viendo las luces de Saigón, que por la noche resplandece de tanto neón.

Mañana alquilaré una moto y visitaré algunos lugares que me faltan por ver y a la tarde volaré a Bangkok, para empezar mi recorrido por Tailandia.

Tenía en la cabeza el alquilar una moto para andar por Saigón, porque realmente los medios de transporte públicos prácticamente no existen y quería ir a ver una serie de pagodas, que es lo único de interés aquí. He tenido un momento de duda porque conforme veía como pasaban las motos, me venía a la cabeza lo que podía pasar en caso de tener un accidente, ya que hoy mismo me iba de Vietnam. Pero en ese momento ha pasado una señora con 3 niños montados y me he dicho, si ella puede porqué yo no. Así que como tenía allí mismo una agencia, he procedido a alquilar una moto automática. Ya lo había hecho en Sapa, pero realmente no tiene nada que ver con esto, me he metido en el ¡¡¡¡ tsunami !!! de motos con mi Gps, porque tenía que ir a sitios concretos y ha sido la leche de divertido. De pronto ha aparecido otro ¡¡¡ tsunami !!! por la derecha y rápidamente me he metido en el centro del mío para protegerme. No hay mejor que si pegan a alguien que sea al de al lado. Como tenía una moto bastante potente, me permitía acelerones que dejaba atrás a muchas, y así he ido avanzando los 5 Km que tenía hasta mi primera pagoda, la cual la he encontrado con bastante facilidad.

Después he ido a otras 5 más, disfrutando más que en una atracción de ferias, porque enseguida me he puesto a la altura del resto de motoristas y tocaba la bocina como uno más. Creo que he pasado la revalida de moto, porque si El Cairo fue la de coche, Saigón ha sido sin duda la de moto. Yo creo que hasta me miraban los otros motoristas con cara rara cuando paraba en un semáforo y sacaba mi GPS para saber la dirección. Pensarían que coño hacía un viejo loco con un aparato amarillo que no era un teléfono en mitad del ¡¡¡ tsunami !!!

Mientras conducía me he acordado de cómo me solía llevar Iker en moto al polideportivo y estoy seguro que aquí hubiera disfrutado más que en los karts de Biarritz, porque ha sido de auténtica locura. Tal vez me he pasado un poco arriesgándome a tener algún accidente y de hecho, algún enganchón ya he tenido con un pobre chaval que arrastraba un carricoche lleno de sacos, pero sin consecuencias.

Ahora estoy sano y salvo en el aeropuerto esperando la hora de salida de mi avión para Bangkok. Tailandia es para mí otra historia, ya que alquilaré un coche con el que también me tendré que adaptar, porque se conduce por la izquierda como en Inglaterra y el coche tendrá el volante a la derecha al que me tendré que acostumbrar. Cada día tengo algo nuevo que aprender, pero realmente estoy disfrutando muchísimo con este tipo de aventuras.

Resumen

Un precioso país al que probablemente vuelva, porque me han quedado cosas por ver, principalmente en la zona montañosa interior de la parte central. Vietnam cuenta para mí con una de las principales maravillas naturales de nuestro planeta, la bahía de Halong. Lugar en el que puedes disfrutar de un entorno fuera de lo común. Sus rocas sobre el agua formando pequeñas bahías y recodos en los que puedes bañarte y practicar kayak. Atravesar estrechos pasos y admirar un deslumbrante paisaje, son aspectos que en pocos lugares de la tierra puedes realizar como aquí.

Otra de las zonas que me ha encantando ha sido:

Sapa con sus terrazas de campos de arroz, que conforman un paisaje bellísimo y realizar senderismo por allí ha sido una auténtica gozada.

Los paisajes de Can Tho que se te graban en la memoria como son los peñascos kársticos sobre los arrozales, con ríos serpenteando y barcas de remos recorriéndolos.

Su capital Hanoi te sorprende, en la que el sabor asiático de su ciudad antigua te impacta y pasas horas paseando o sentado en una terraza viendo esta cultura y estilo de vida.

El Mekong porque te muestra sus tradicionales mercados flotantes y su vida cotidiana perfectamente adaptada a la singularidad del río.

Y como no, Ho Chi Minh / Saigón, con sus millones de motos circulando como parte del paisaje urbano y en el que debes participar para saborear todo su encanto, que aunque no lo parezca, lo tiene.

Sin duda, un gran país que me ha sorprendido y en el que he disfrutado mucho. Vietnam ha sido mi primer contacto con el mundo asiático y desde luego me ha fascinado.

Hoy ha sido un día de mucha tensión. Yo ya había conducido en Inglaterra por la izquierda pero con mi autocaravana de volante a la derecha. No tiene nada que ver con la situación de montarte en un coche que lo tiene todo al contrario, salvo gracias a Dios los pedales. Y no sólo eso, porque hay que añadirle el coger el coche en el aeropuerto de nada menos que de Bangkok y salir al ruedo. Ha sido tremendo, tenía que cambiar con la izquierda, los intermitentes a la derecha y el GPS ha dejado de cargar por lo que he parado para ver qué ocurría y además para respirar y tomármelo con calma. Me había propuesto conseguir llegar al hotel y desde allí salir rumbo a Kanchanaburi. Una meta difícil porque situarse en las carreteras de Bangkok es muy complicado, hay más de un nivel, de hecho me fijé cuando fui en taxi que iba por debajo de otra, lo que complicaba la recepción de los satélites en el GPS.

Después de comprobar que se había aflojado una conexión del alimentador, he vuelto al ruedo con mucha moral y pensando en todo lo que tenía que controlar. Y me he dicho " podía ser peor, podía llover", que es una expresión que utilizamos mucho en casa, y como no, a los 5 minutos estaba lloviendo a mares, ¡¡¡ lo que me faltaba !!! El limpiaparabrisas está a la izquierda, así que cuando lo quería poner en marcha lo que hacía era dar al intermitente. Pero me he dado cuenta que lo peor no era eso, sino que al conducir habitualmente con el volante a la izquierda, tenemos cogida la referencia de la distancia al exterior por nuestra izquierda que es muy corta y ahora al haber mucha más distancia me arrimaba excesivamente a los coches de mi izquierda y he tenido que dar un par de volantazos sin consecuencias, pero que me ha dado que pensar del peligro que conlleva.

He conseguido llegar al hotel y la siguiente prueba era encontrar la carretera de salida a Kanchanaburi y como no, había varias calles cortadas por obras para ¡¡¡ ayudar un poquito !!! Y ahí estaba yo, en mitad de Bangkok hecho un verdadero lío, adelantándome coches por todos lados, intentando controlar mis manos, mirando la pantalla del GPS y buscando alguna señal que me indicase el camino, pero nada, dentro de la capital las indicaciones son de calles no de poblaciones, así que he tenido que parar y bajar a preguntar, además de seleccionar la persona que pudiera hablar inglés. Después de varios intentos he conseguido situarme en la carretera de salida y ya no he vuelto a tener problemas.

He llegado al hotel que tenía referenciado y que lo recomendaba Lonely Planet y he cogido un bungalow sobre el río Kwai, que me ha costado 8 €. Después de cambiarme de ropa porque me ha vuelto a coger otro diluvio entre el coche y la recepción del hotel, con el tiempo suficiente para calarme hasta los huesos, he ido a ver el famoso "Puente del Ferrocarril de la Muerte", donde murieron más de 16.000 personas en su construcción y que inmortalizó la película "El Puente sobre el Río Kwai". He tenido la suerte además de que estando allí ha llegado el tren, que cruza el puente muy lentamente porque siempre está lleno de visitantes. Me he quedado a cenar en un restaurante de la orilla y he comido pescado del río que estaba muy bueno. En el Mekong también me extrañó el sabor tan delicioso del pescado, cuando para nosotros acostumbrados al de mar, suele ser insípido. Éste del río Kwai ha sido el mejor, tal vez porque tenía mucha hambre, ya que a la hora de la comida tenía "otros temas" que me ocupaban más que la comida.

Mañana iré al Parque Nacional de Erawan que según dicen es uno de los más bonitos de Tailandia.

Esta mañana me he dirigido al Parque Nacional de Erawan que está a unos 50 Km de Kanchanaburi, por bastante buena carretera y con poco tráfico, lo que me ha ayudado a irme adaptando a la conducción por la izquierda. He comprobado que el mapa general de Tailandia que tengo calibrado en el GPS, es muy malo y realmente me sirve de poco, porque no coincide la posición de las carreteras con un decalaje de grados bastante importante. Intentaré buscar aquí otros mapas y los calibraré con el escáner de mano que me traje.

El parque está muy cuidado y va mucha gente a visitarlo. Es pura selva y lógicamente con una altísima humedad, lo que hace que estés empapado continuamente. Su principal atractivo es un paseo de 2 Km viendo 7 cascadas de agua en las que te puedes bañar, aunque para esto último no sea necesario ni meterte en el agua. Las cascadas aunque no son espectaculares por sus dimensiones ni por la altura de caída del agua, tiene un entorno muy bello formándose pequeñas piscinas azules sobre las que incluso he visto algún que otro mono. También he visto lo que me ha parecido una avispa, pero un poco tarde, porque ya me había picado cuando intentaba sacar una fotografía a un fruto que yo había comido y que parece silvestre. Aparte del daño del picotazo no parece que tenga más consecuencias, aunque siempre tienes en la mente los riesgos con los insectos en la selva.

Un agradable recorrido y después de comer me he puesto rumbo a Ayutthaya. Tenía previsto primero visitar "Las Tres Pagodas" que es un desfiladero cerca de la frontera de Myanmar / Birmania, a unos 250 Km, pero con este mapa no me he atrevido porque debía retroceder bastante, tomar otra carretera y después volver por la misma, hasta Kanchanaburi.

El viaje lo he realizado sin contratiempos, basándome en las indicaciones de las señales que había en la carretera, algunas en inglés y preguntando, más que en el GPS, pero en cualquier caso me ha ayudado con la dirección en general a tomar.

He tardado bastante en encontrar un hotel en Ayutthaya porque los que tenía referenciados, uno estaba cerrado y el otro no ha aparecido. En el hotel que estoy, desde la puerta de entrada hay que ir descalzo, dejando los zapatos en el porche. Al lado tiene un restaurante en el que he cenado entre música de karaoke. No estábamos más de una docena de personas, pero creo que todas menos yo, han cantado. Nadie les ha hecho caso, salvo su acompañante que al final le aplaudía. Un auténtico coñazo esto del karaoke pero aquí está muy solicitado.

Mañana veré esta ciudad que es famosa por estar llena de ruinas, templos y pagodas. Lugar muy interesante para conocer la historia de Tailandia.

Con un día de mucho calor, he cogido esta mañana una bici y me he propuesto hacer la ruta que tenía programada, visitando los numerosos wats (templos) que inundan Ayutthaya.

Me lo he tomado con calma tomando fotografías de los lugares que consideraba que merecían la pena. Poco a poco he ido notando mucho cansancio y todavía me quedaba mucho por ver. A pesar de llevar sombrero y beber varios litros de agua me apetecía comer y marcharme al hotel a disfrutar del aire acondicionado durante un rato y salir cuando el sol hubiese bajado un poco. Así que he parado en un puesto de la calle que tienen mesitas con sombrilla y como las señoras que lo atendían no hablaban nada de inglés, he pedido el primer plato que he visto que llevaban a una mesa. En principio parecía que no era más que carne con arroz y algunas verduras.

Cuando he empezado a comer ¡¡¡ creía que me daba algo !!! Yo siempre digo que soy capaz de comer piedras si tengo hambre, pero ¡¡¡ picaba que jodía !!! Me saltaban las lágrimas y no conseguía tragar. He empezado a pedir agua en cantidad para ver si se diluía el picor, pero no notaba alivio. Al principio una de las señoras me sonreía, pero pienso que se ha asustado al verme llorar a moco tendido y pedir tanta agua, que sin decir nada me ha preparado una tortilla y me la ha traído, mientras que ¡¡¡otra gorda!!! sin ningún pudor, se tiraba por el suelo de la risa.

Pero el hecho es que he salido de comer " como una moto", en lugar de irme al hotel he continuado con mi itinerario porque tenía fuerzas de sobra y menos mal, porque los mejores sitios estaban por ver y a las 6 de la tarde todavía andaba pedaleando sin notar tan siquiera el sol. Pienso que ha tenido que ser la comida, porque he pasado de estar sin fuerzas (como si tuviese la ¡¡¡pájara!!! de los ciclistas) a estar otras 5 horas más sobre la bici, de un wat a otro y eso que hay un montón. Me ha parecido que había más templos que en Jerusalén, que ya es decir.

Al atardecer me ha dado pereza moverme y me he ido a cenar al mismo sitio de ayer, es decir, a la sesión de karaoke. Ya sé que no puedo decir nada, porque nadie me manda repetir, pero se me ha debido pasar los efectos del "arroz con carne y algo más...." del mediodía y quería irme al hotel cuanto antes a preparar todo esto que estoy haciendo ahora.

Hoy ha salido una señora a cantar ¡¡¡ mala como un dolor !!! soltaba alaridos y la voz se le cambiaba, pero debía ser la mujer del jefe de un grupo, porque le aplaudían a rabiar.

Un vecino de mesa que estaba cenando solo, entre plato y plato también ha cantado, pero nadie le ha aplaudido ni parece que le ha importado.

Ahora estoy roto y en cuanto acabe estas líneas, me voy a la cama.

Esta mañana en el hotel no había agua y he tenido que salir sin lavarme. El hotel era barato pero después de aceptarlo porque la habitación parecía limpia, me di cuenta de que no había ni mantas, de 5 luces solo funcionaba una, por lo que casi no se veía, sin papel en el baño, el agua duraba muy poco y a las 11 de la noche han llamado a la puerta para darme una especial de edredón, cosa que yo ya tenía porque vista la situación ya había "pispado" uno de un armario que vi abierto en la recepción. Así que para colmo, en el primer sueño me han despertado insistentemente para entregarme la manta, lo cual me ha desvelado y me ha costado volver a coger el sueño, ayudado por el fuerte ruido del aire acondicionado.

Cuando he bajado para desayunar, por llamarle de alguna forma, me he encontrado que todo el suelo de la recepción estaba lleno de gente occidental durmiendo. Posiblemente se habrían quedado sin habitaciones y eso sí, como son muy amables los han acomodado como han podido.

Así que rápidamente he salido en el coche con destino a Sukhotai, por unas carreteras estupendas que me han sorprendido por la calidad del asfalto y lo cuidado que estaban los jardines que la mayoría de los pueblos tienen a las entradas.

La policía en un control me ha parado y yo he pensado que era para pedirme la documentación, pero me han multado con 200 Bth. (4 €). Han dicho que por exceso de velocidad, porque iba a 110 Km y el límite era 90. Los policías no hablaban inglés, pero tenían un documento que explicaba claramente la infracción. La carretera estaba indicada como autopista con 3 carriles en cada dirección y en ningún momento he visto que indicase el límite de velocidad, así que de ahora en adelante tendré más cuidado.

He llegado a Sukhotai y lo primero que he hecho ha sido ducharme en el hotel y me he dirigido al Parque Histórico, zona de templos al estilo de Ayutthaya, tal vez de menor entidad, pero situados en un bellísimo lugar a las afueras, lleno de estanques, jardines, bosques y demás maravillas. Lo que más me gusta de estos parajes es el entorno que han creado, en el que es una maravilla pasar unas horas paseando y disfrutando de esta combinación de naturaleza y edificaciones religiosas.

Mañana saldré para Chiang Mai en el norte, que según parece es una de las mejores ciudades de Tailandia.

Parece que ya me estoy acostumbrando a circular por la izquierda y a la posición de los mandos del coche, aunque a veces continúo dando al limpiaparabrisas en lugar de al intermitente, pero en general, me encuentro bastante seguro. Yo creo que ahora empieza el problema, porque bajas la guardia y los reflejos te pueden hacer pasar una mala situación. Cuando tienes que girar después de haber estado parado en un semáforo, si no estás muy atento, es muy probable que el hábito te lleve a entrar en dirección contraria. Ya he estado varias veces a punto de hacerlo, pero me he dado cuenta a tiempo, salvo hace 2 días en Ayutthaya, que me encontré de pronto mirando a una marea de coches que venía de frente. Gracias a que me pude meter en una calle para corregir la situación.

Por la tarde he estado en una zona comercial y no he podido evitar acercarme a las tiendas de electrónica. ¡¡¡ Los precios son increíbles !!! es difícil no sucumbir ante las ofertas, si bien, hay que tener cuidado con las compatibilidades.

Continúo hacia el norte por excelentes carreteras y con poco tráfico. Hoy ha sido un día tranquilo con nada especial que contar. He llegado al mediodía a Chiang Mai y me he dirigido a un hotel que tenía referenciado para ver cómo era, porque volveré con mi familia en un par de semanas y quiero lo mejor para ellos. El hotel es estupendo, después de estar en los anteriores éste es una maravilla y el precio muy bueno para los servicios que tiene.

Mañana visitaré la zona antigua de templos y pagodas y patearé Chiang Mai a fondo, por lo que me espera un día de los que suelen ser cansados por la cantidad de horas que paso andando.

Día dedicado a recorrer la ciudad y visitar los principales puntos de interés. Muchas pagodas en el casco antiguo que está parcialmente amurallado y con un foso de agua que lo rodea. Chiang Mai es una ciudad moderna con muchos restaurantes, hoteles y ambiente por las calles. Hay mucho turista y me he dado cuenta de que aquí especialmente, se da de manera importante el llamado turismo sexual. Hay personas mayores occidentales con jóvenes tailandesas que parecen hacer el papel de guía particular, incluso les llevan en moto, pero creo que son otro tipo de guías ¡¡¡más espirituales!!! pienso yo, porque no es normal que haya tantos en los hoteles y por la calle. También hay muchos jóvenes occidentales solos y con pinta muy normalita, que van acompañados de asiáticas y he coincidido cenando con ellos en varias ocasiones y por la forma de hablarse, en la que no se demuestran mucha confianza, indica que no son pareja, por lo que supongo que las contratan como parte de las vacaciones. ¡¡¡ Unas guías mucho más completas que las que vende Lonely Planet !!!

Aparte de todo esto, he estado en varias agencias de viajes, porque allí es donde te informas de lo mejor que hay por la zona, trekking, elefantes, rafting y otras actividades, de forma que luego las puedes hacer por tu cuenta y me he enterado de algo que me ha hecho cambiar los planes de viaje para mañana. Pensaba ir a Mae Hong Son, porque quería ver a "las muchachas de cuello largo", famosas por ponerse unos aros que hacen que se les estire el cuello. Me han comentado que ya no es necesario ir hasta allí, que está a más de 6 horas de viaje por una carretera con muchas curvas, sino que es posible encontrarlas cerca de Chiang Mai. Así que, dejo el tema para cuando venga mi familia y puedan verlas ellos también. La muchacha de la agencia era muy simpática y graciosa y ha gritado ¡¡¡fútbol!!! cuando se ha enterado de donde era yo y ha resultado ser una fanática del jugador Villa. Cosas increíbles se ven todos los días.

He continuado mi visita y me he topado en una pagoda con la ¡¡¡ bendición de una moto !!! y es que cuando menos te lo esperas, ves situaciones curiosas, sobre todo, por el fervor con el que ha ido una muchacha a pedir la bendición y su total recogimiento mientras actuaba el monje.

Así pues, mañana subiré hasta Chiang Rai, un punto más al norte desde donde comenzaré a descender por la zona este hacia el sur.

Prácticamente la mayor parte del día lo he pasado en la carretera. Ayer tenía previsto subir más al norte, pero lo he pensado mejor y visto que el paisaje es similar en toda esta zona y como ha salido un día lluvioso, he decidido iniciar antes de lo previsto el descenso hacia el sur, haciendo algunas paradas para ver la legendaria ciudad de Lopburi, el parque histórico de Phanom Rung y el Parque Nacional de Khao Yai.

Ha llovido mucho y con fuertes chaparrones que me han obligado en alguna ocasión a parar el coche. Se han formado inmensas bañeras que limitaban la adherencia de las ruedas y se notaba en el volante que se perdía el control de la dirección.

Quiero rectificar un comentario que hice el otro día acerca de una mujer que salió a cantar en un karaoke mientras cenaba en Ayutthaya. Dije que era mala como un dolor y que debía ser la mujer del jefe del grupo, para que le aplaudieran tanto. Pues estaba equivocado, porque hoy que he ido escuchando la radio bastante tiempo, he oído cantar a profesionales y enseguida me han recordado a aquella mujer, así que debe ser muy apreciado en este país, cantar haciendo gallos y contra mayores sean mejor. Me voy a plantear presentarme yo a cantar aquí, porque igual tengo porvenir con mi voz y no lo sabía.

Sobre las 3 de la tarde y después de 7 horas de viaje, he llegado a Lopburi, que me ha sorprendido porque es una ciudad moderna, con mucha actividad e historia, ya que está llena de ruinas. Hay una gran comunidad de monos que "viven a sus anchas". Se han apoderado de una zona del centro en la que se ubica el templo San Phra Kan y lo utilizan para dormir. Cruzan la carretera entre los coches y según parece molestan muchísimo a los comerciantes cercanos, pero como el budismo desaprueba el sacrificio de animales, hacen lo que les da la gana y son los dueños de la calle. Incluso debe haber quien piensa que son descendientes de un dios hindú.

Cuando he entrado en este templo también me he encontrado el techo lleno de murciélagos por lo que entre monos y éstos, he intentado sacar algunas fotos con algún que otro riesgo, porque a los monos no les hacía mucha gracia y a los murciélagos parece que tampoco, unos cuantos no paraban de volar alrededor mío.

Mañana continuaré viaje hacia el este y primero visitaré Phanom Rung.

Hoy me ha costado bastante desayunar. En el hotel que he pasado la noche me dieron ayer un vale para el desayuno, porque entraba en el precio que pagué (9 € en total). Pero cuando he bajado y lo he pedido, resulta que no tenían nada que darme, salvo un café de sobre. Eso sí, me han puesto también un vaso de agua con hielo y otro con agua hirviendo. Éste último ¡¡¡ todavía me hago cruces !!! de para qué me lo han dado, porque no había té ni nada más. He salido a la carretera y he parado en la primera gasolinera para repostar e intentar desayunar. Tampoco lo he conseguido, porque sólo había tenderetes y no hablaban absolutamente nada de inglés, por lo que he conseguido un 2º café todavía peor que el primero. He vuelto a intentarlo en la siguiente gasolinera que tenía más servicios y al fin he desayunado unos trozos de salchicha que era dulzona, con arroz blanco. Un desayuno un tanto extraño.

La entrada al Parque Nacional de Khao Yai estaba llena de resorts, lo que quiere decir que tiene mucho turismo, principalmente interior. Es una zona de selva amazónica por lo que la densidad de la vegetación me ha impedido sacar fotografías de entorno. Sin embargo, esa misma vegetación tan cerrada, te hace sentirte parte de la selva y los paseos son preciosos, atravesando la espesura, apartando lianas, cruzando puentes colgantes, encontrándote con monos y otros muchos animales y viendo cantidad de cascadas.

Este parque es muy famoso por su habitat, lo que permite observar multitud de especies, pero a lo que viene la gente principalmente es a hacer trekking, sacar muchas fotografías de plantas y animales y a visitar la infinidad de cascadas que hay. La que se ha convertido en atracción especial es Haew Suwat, una cascada con una preciosa piscina natural que fue escenario de la película " La Playa ", en la que salta desde arriba Leonardo Di Caprio.

He salido del parque y he tomado dirección hacia el Parque Histórico de Phanom Rung, pero como está a más de 200 Km y de noche no hay forma de encontrar un hotel, porque muchos sólo lo indican en Tai, he parado en uno que estaba indicado en la carretera y ha resultado ser estupendo, con piscina e incluso Wi-Fi en la habitación. Así que estoy aprovechando el tiempo escribiendo estas notas, mientras espero a que empiece el partido de la Real para oírlo por Internet. Se me ha ocurrido mirar como estaba la situación del equipo y he visto que hoy es el día clave y que incluso puede depender de lo que haga el Eibar. Espero poder aguantar sin dormirme porque como hay 5 horas de diferencia, aquí son las 11 de la noche.

La Real otro año en segunda división. Estuve escuchando el partido por Internet y en el descanso ya no pude continuar. Entre el sueño y el mal juego que predecía el desastre que al final sucedió, preferí dormirme a sufrir el resultado que se avecinaba.

Hoy he visitado el Parque Histórico de Phanom Rung, para lo cual he tenido que conducir cerca de 3 h. por una zona agrícola con paisajes abiertos y bonitos. El Parque Histórico aunque pequeño comparado con Sukhotai, tiene un entorno de los más espectaculares que he visto en Tailandia, con un paseo delante de la entrada a varios niveles que es una auténtica preciosidad. Pertenece a la cultura Khmer del siglo XII y está construido sobre un antiguo volcán con la propia piedra porosa.

He pasado un par de horas recorriéndolo y he retrocedido en coche parte del camino, dirigiéndome hacia el sur y bordeando la frontera de Camboya por carreteras secundarias. He visto muchos mercados de carretera, donde infinidad de agricultores estaban realizando sus transacciones.

He llegado a Chanthaburi sobre las 5 de la tarde y después de encontrar un buen hotel, he salido a dar una vuelta para visitar el pueblo, que es famoso por su mercado de joyas, aunque estaban todas las tiendas ya cerradas. Lo que he encontrado ha sido un animadísimo mercado abierto, lleno de compradores de todo tipo de artículos, entre los que circulaba una cría de elefante, que andaba como podía apartando gente entre los puestos de venta.

Mañana tengo intención de dirigirme al Parque Nacional de Ko Chang, que está en una isla y debe tener un agua cristalina con unas playas preciosas.

He salido temprano esta mañana porque tenía que coger un ferry y no sabía cómo funcionaba. Realmente no ha habido ningún problema porque salía cada hora y sólo ha tardado 45 minutos en cruzar hasta la isla de Ko Chang. El ferry era un destartalado trasto que parecía que en cualquier momento se podía hundir, pero ha aguantado los pocos coches que llevaba.

Nada más desembarcar me he dirigido a un hotel que tenía referenciado y ha resultado ser un resort que me ha parecido demasiado caro para lo que estoy acostumbrado a pagar. Como cuando iba por la carretera hacia este hotel he visto un anuncio de una oferta de 18 €, con piscina, internet y desayuno todo incluido, por lo que he vuelto a ver de que se trataba. Me he dirigido a la recepción a preguntar si podía ver la habitación y me ha recibido una señorita muy arreglada y sonriente. Cuando me ha hablado me he dado cuenta de que era un travesti, pero muy fino y agradable y fijándome más, he visto que todo/as lo/as que pululaban por allí, también eran hombres.

No sabía que pensar, porque entre el tema del turismo sexual que aquí está lleno de parejas: occidental/asiática, podía tratarse de un gancho exclusivo para homosexuales, así que le he preguntado al botones, un chaval normal que me ha enseñado la habitación, si los de la recepción eran travestis y si no había ningún problema. Muy educadamente me ha dicho que no sabía lo de los travestis, pero que desde luego, problemas no había.

Así que me he dicho, Eduardo tienes que tener "la mente abierta" y como la habitación era un bungalow precioso y muy limpio, he decidido quedarme. La verdad es que en la misma recepción he alquilado una moto y todo ha sido muy correcto, he actualizado el web en un ordenador y el/la que lo atendía también ha sido muy educado/a.

He salido a recorrer la isla metiéndome por todos los caminos y viendo todo lo que se podía. Las playas no eran nada especiales y muchas zonas de costa eran propiedad privada de los resorts. No obstante, me he colado en todos lo que he querido porque al ser occidental pasaba por la entrada como si estuviese hospedado y nadie se ha atrevido a decirme nada. Hay que echarle un poco de cara y además sólo quería ver la costa, las playas y no los hoteles, a lo que pienso que tengo derecho porque la naturaleza es de todos.

Son las 10 de la noche y estoy en mi bungalow escribiendo estas notas tranquilamente, sin haber sido molestado y después de haberme dado un estupendo baño yo solo, en la grandiosa y preciosa piscina iluminada que tengo a 10 metros.

Creo que he visto lo suficiente de esta isla, así que mañana iré a otra llamada Ko Samet que también debe ser espectacular.

He vuelto a cambiar de planes. Hoy pensaba ir a Ko Samet, pero mientras estaba desayunando y ojeando mi guía, me he dado cuenta de que todavía me quedaba una parte de la isla por ver. El que haya quedado un día muy bonito después de llover toda la noche y el sitio tan agradable en el que estoy hospedado (como se puede apreciar, los temores que tenía eran infundados), me han ayudado a decidir quedarme un día más, para alegría de ¡¡¡mi amigo/a!!! de la recepción, quien me ha ayudado a planificar el itinerario de hoy, con la misma moto de ayer y me ha establecido la mejor ruta para ver lo que me falta.

A las 9 de la mañana, ya estaba recorriendo la isla. He tenido que echar gasolina a la moto y cuesta 40 Th el litro (0,8 €), lo que me parece carísima respecto al resto de cosas. De hecho, el alquiler me ha costado 100 Th y en gasolina he gastado hoy 210 Th.

He ido primero a la costa este de la isla, que está muy poco habitada en relación a su lado oeste, pero tenía alguna carretera que se internaba en la jungla y me he metido a buscar una cascada que estaba anunciada. He tenido que andar un buen trecho mirando mucho al suelo para ver lo que pisaba, porque iba con sandalias y la densa vegetación podía esconder algún bicho no deseado. Había muchos frutos silvestres pero no me he atrevido a comer nada, aunque ganas de probar no me han faltado. Tengo muy claro los riesgos que puedo asumir estando solo.

Después de la cascada he continuado por la carretera hasta que he llegado a un pueblo de pescadores, donde ha dado gusto tomar un té viendo el mar y hablar un rato con los hijos de la dueña del establecimiento, que hablaban un poco de inglés y me han explicado dónde estaba realmente. El mapa que tengo en el GPS es un desastre e indica la posición muy mal por lo que no me puedo fiar.

He tenido que retroceder hacia el norte para bajar de nuevo por la costa oeste hacia el sur, ya que falta un tramo de carretera que impide rodear completamente la isla. En la zona sur hay una maravillosa bahía con un curioso y precioso pueblo que se adentra en ella, a través de una especie de calle con casas a los lados que están todas sobre soportes en el agua.

Un precioso día, recorriendo esta isla que es muy completa, ya que tiene costa con algunas bonitas playas, ríos de agua totalmente cristalina con cascadas muy apreciadas y una densa jungla que te hace sentirte en el escenario de una película.

Mañana continuaré con mi plan e iré a la isla Ko Samet, que está cerca de Pattaya.

Pues no, hoy tampoco he ido a la isla de Ko Samet. Entre que ha tardado en salir el ferry más de lo previsto, las trombas de agua que obligaban a conducir despacio y una parada larga que he hecho en el camino, han hecho que se hiciese demasiado tarde para coger otro ferry.

Cuando iba camino de Royan he visto un enorme Buda que sobresalía de entre los árboles y me ha entrado interés de ir a verlo. Así que me he desviado de la carretera y me he adentrado por un camino que me ha llevado a un centro religioso que tenía varias pagodas, figuras de Budas y otras representaciones en diversos tamaños.

He estado sacando fotos y se me ha acercado un monje que yo pensaba que me iba a echar la bronca por intruso, pero ha sido todo lo contrario. Hablaba inglés y muy amable me ha estado enseñando el entorno y me ha llevado hasta unas figuras que eran él mismo, insistiendo en que le sacase fotografías para que pudiera comparar el parecido. He estado bastante tiempo por allí, porque había mucho digno de retratar y el entorno era muy impactante. Se veían algunos monjes y por la forma en que los trataba, creo yo que era el jefe. He tenido que enseñarle a uno de ellos como nos podía sacar una foto porque el "jefe" quería retratarse conmigo, ¡¡¡ no sé para qué !!! Pienso que era un hedonista porque tanta foto y tanta figura con su imagen, parecían confirmarlo. El cualquier caso, la visita me ha impactado mucho por las dimensiones de los Budas y el personaje tan curioso del monje artista/hedonista.

Por la hora que era, he decidido ir hasta Pattaya, porque si cogía el ferry para Ko Samet no me iba a quedar tiempo para ver la isla y volver, ya que se va sin coche.

Si la mañana ha sido sumamente agradable con la visita inesperada a los Budas, la tarde en Pattaya ha sido todo lo contrario. Después de ir al hotel que tenía programado, he salido a ver Pattaya. Lo que he visto no sabría como llamarlo: "Burdel al aire libre", "prostíbulo chabacano", etc. He ido por el largo paseo de la playa y a un lado estaba todo lleno de mujeres sentadas muchas de ellas en esterillas en el suelo, esperando clientes a las 3 de la tarde y por el otro lado, los viandantes eran todo "viejos occidentales" cogiditos de la mano de la tailandesa de turno sin ningún pudor, lo que me ha hecho pasar auténtica vergüenza ajena. Eso sí, entre unos y otros, varias mini pagodas con gente rezando y poniendo velas.

"Es como si se hubiese demostrado oficialmente que el sexo te alarga la vida de forma que el correspondiente Inserso de cada país, hubiese organizado viajes ¡¡¡ terapéuticos !!! incluyendo la pareja, como parte de sus programas para la Tercera Edad. Lo que no entiendo es quiénes serán los clientes potenciales de las miles de prostitutas del paseo, porque todos los occidentales que he visto estaban ya cogidos y ¡¡¡ bien cogidos de la mano !!! "

Bueno, igual me paso con este tema, pero realmente no me lo imaginaba así de cutre.

Mañana intentaré ir a Ko Samet como sea, porque lo que está claro es que no me quedaré en Pattaya, "por el bien de mi propia reputación personal y mi sentido del ridículo", aunque tendré que volver a la noche a dormir.

Hoy al fin he conseguido ir a la isla de Ko Samet, aunque también he tenido un contratiempo porque he tardado el doble de lo normal. He cogido una carretera equivocada que pasaba por pueblos con un intenso tráfico y eso ha hecho que tardara casi 2 horas para hacer 70 Km.

Sin embargo, he tenido suerte con el ferry porque ha salido nada más llegar yo al puerto. He aparcado el coche porque la isla es pequeña y no tiene carretera, parece que a propósito para aislarla del turismo masivo. Sólo tiene un camino que atraviesa la isla por el que circulan todoterrenos y motos. Para llegar a los numerosos resorts que hay en la costa también se utilizan motoras/taxis por mar.

He alquilado una moto cochambrosa con la que he tenido problemas de arranque precisamente cuando estaba en la otra punta de la isla y habré tardado 3 horas en entrar por todos lo caminos que llegan a las playas, muchas de ellas privadas y propiedad de los hoteles.

Ha hecho un día espléndido con sol, cosa rara en esta época, pero parece ser que esta isla tiene un microclima y el buen tiempo debe estar garantizado. Desde luego hoy, así ha sido.

La isla tiene bonitas playas de arena blanca, pero al no tener desnivel prácticamente toda la playa es de arena mojada, cosa no muy agradable para quienes estamos acostumbrados a la playa de Ondarreta, " sin duda, una de las mejores del mundo ".

El camino que recorre la isla es prácticamente intransitable, por la cantidad de agujeros, piedras, inmensas bañeras de agua, barro en cantidad y ¡¡¡ mosquitos, muchos mosquitos !!! Esta isla antes tuvo problemas con la malaria, ya que se dieron muchos casos por picaduras. Ahora dicen que todo está controlado, pero ha habido un momento que me he bajado de la moto y me han acribillado las piernas. Me he fijado bien y he visto centenares pegados a mis piernas picándome, por lo que enseguida me ha venido a la cabeza lo de la malaria y he salido de allí rápidamente, matándolos como podía. Pocas veces lo hago, pero hoy como sabía lo de los mosquitos, me he dado una loción especial que había funcionado bien hasta en Costa Rica, pero desde luego, aquí no me ha servido de mucho.

He vuelto a la tarde a Pattaya y no me voy a repetir con el tema, pero he salido a cenar algo y casi me vuelvo al hotel muerto de vergüenza de los cuadros que he visto.

Mañana me iré a Bangkok a esperar a mi familia que viene a pasar las vacaciones y con quienes estaré 15 días recorriendo Tailandia y después me volveré con ellos a casa a pasar el verano. Aquí les llevaré a los mejores sitios que he visto del país y a la costa suroeste en la que todavía no he estado. Por lo tanto, pospongo por el momento estos diarios hasta que se terminen las vacaciones.

He retornado a Bangkok y he pasado el día viendo algunas zonas que todavía no había visto. Día de transición sin nada especial que contar.

Hoy ha llegado mi familia y he ido a buscarles en el coche al aeropuerto. Han viajado con Air France y no han tenido problemas en el viaje. Les he llevado al hotel sin perderme y aunque estaban cansados por el viaje han preferido darse un baño en la piscina y salir por la tarde a conocer alguna zona de la ciudad, acercándonos al río y haciendo un recorrido en motora hasta una parada del Sky Train, para volver a la zona comercial de Siam, e iniciar los primeros escarceos con las compras.

Hemos iniciado la ¡¡¡ visita oficial !!! a Bangkok, dirigiéndonos en primer lugar al Wat Benchamabophit que es un precioso templo construido en mármol blanco de Carrara y que representa la arquitectura moderna tailandesa. A continuación nos hemos acercado a la zona más visitada a orillas del río, entrando en los templos Wat Phra Kaew, Wat Pho y Wat Mahathat. Desplazamiento por el río para dirigirnos al atardecer de nuevo hacia Siam, para una segunda ronda de compras, ya que los precios para nosotros son muy buenos.

Hemos salido con el coche en dirección a Ayutthaya para ver la mayor concentración de templos de Tailandia. Yo ya había estado hace un par de semanas y hemos pasado el día recorriendo en un tuk tuk, los distintos emplazamientos. A mi familia no le ha gustado demasiado esta ciudad. El excesivo calor y la repetición de la arquitectura termina por saturarte. Al atardecer hemos vuelto a Bangkok

Utilizando la línea de bajo coste Air Asia, hemos volado a Chiang Mai en el norte de Tailandia. Por un precio de 11 € cada uno, merece la pena olvidarse de los 700 Km de carretera que hice con anterioridad. Después de pasear por la ciudad visitando los principales templos y finalizar la reserva de un tour para el día siguiente en una agencia con la que traté el tema en mi visita anterior, nos hemos dirigido a los Wats de Doi Suthep en una colina de las afueras de Chiang Mai, desde donde se tiene una preciosa vista de la ciudad.

Precioso día de múltiples actividades en un tour donde hemos disfrutado mucho. Estaba compuesto por: la visita a una granja de mariposas, un bonito rafting en balsa, un pequeño trekking a una cascada (sin ningún interés), el descenso en juncos por el río, un paseo en elefante y la visita al poblado de las famosas mujeres "cuellos largos", quienes lucen unos enormes collares en espiral. En este poblado también había mujeres de "orejas con aros".

Un bonito recorrido por la naturaleza del norte de Tailandia y las minorías étnicas.

Hemos cogido un vuelo de la compañía Thai, para desplazarnos a Phuket en el suroeste y a 1.600 Km de Chiang Mai. Ésta es la única compañía que realiza vuelos directos entre ambas ciudades. Ha sido un día de tránsito porque salíamos al mediodía y de alguna forma nos ha limitado los movimientos.

En Phuket hemos tenido un pequeño contratiempo con un taxista, quien después de cerrar el precio del transporte hasta el hotel que habíamos reservado desde Chiang Mai, nos ha parado en una especie de agencia de viajes con la excusa de una "parada técnica", que consistía en llenar el depósito de agua del limpiaparabrisas. Mientras tanto intentaban llenarnos de información turística y de hoteles.

¡¡¡ He montado en cólera !!! He obligando al taxista a subir al coche y llevarnos sin ninguna otra parada hasta el hotel. Cosa que no le ha sentado bien por su expresión durante el resto del viaje, pero después del tiempo que llevo viajando, estas cosas me rebelan y no tengo ningún reparo en cortar cualquier actividad de este tipo de manejos, aunque sea de manera no muy educada.

Mientras esperábamos la salida del avión, hemos contratado en el aeropuerto una excursión en barco para mañana a la isla de Phi Phi, porque presenta unas preciosas playas y la posibilidad de ver unos bonitos fondos marinos.

Otro precioso día de actividades en los que hemos disfrutado de un viaje en barco hasta las islas de Phi Phi. Nadar entre corales y con un clarísimo fondo, comer en una playa de arena blanca y mar azul, han sido algunas de las cosas que hemos podido saborear de un espectacular paraje natural.

A la vuelta en el barco hemos atravesado una sola nube que estaba descargando un diluvio para completar nuestras sensaciones sobre Tailandia, puesto que ya estamos en época de monzones.

Phuket sólo lo hemos visto de pasada y como no nos ha gustado, hemos decidido ir a por el coche que habíamos alquilado y dirigirnos hacia Krabi, que es otra de las regiones que tenía programadas para visitar.

Cuando íbamos de camino, estudiando el mapa hemos cambiado de opinión y no hemos cogido el coche por las siguientes razones. 1 - La carretera transcurría por el interior, así que no podríamos ver la costa. 2 - Lo más espectacular de estas zonas son sus islas, por lo que la mejor opción para mañana, hemos pensado que sería disfrutar de otras islas, con sus maravillosas playas, dejando el coche parado.

En definitiva, hablando con el chófer, nos ha dicho que lo mejor era coger el autobús de línea que nos llevaría hasta Krabi y después coger un taxi hasta el hotel. Y así lo hemos hecho, amablemente nos ha acompañado para indicarnos qué autobús debíamos de abordar e incluso ha parado uno en la carretera en el que nos hemos montado. Lo cual, debe ser muy habitual en ese país.

Esto es lo bueno que tiene viajar de esta manera, cuando algo no nos gusta nos vamos. Reservamos un hotel por Internet y lo hacemos de la forma más rentable y cómoda. Cuando hemos llegado a Krabi nos hemos dedicado a ver esta preciosa costa, buscando una reserva para una excursión a realizar al día siguiente, lo cual, después de patear bastante y ver distintas opciones nos hemos decidido por una en concreto bastante completa: recorrer en kayak una parte de los manglares y después visitar la isla de Ko Hong para ver sus playas y sus fondos marinos.

Un día de mucha actividad. 3 horas en kayak a través de ríos y lagunas, en los que hemos atravesado una parte del manglar de Krabi y visto algunos monos y "Lagartos de Comodo". Después de comer a orillas de un río y en una motora impulsada por un motor fueraborda que parecía una batidora, nos hemos dirigido a la isla de Ko Hong, donde hemos disfrutados viendo su fondo marino, muy diverso en corales y con peces de considerable tamaño. Hemos vuelto a coger unos kayaks y hemos rodeado parte de la isla, entrando en cuevas y cruzando por pequeños y estrechos pasos.

Un día inolvidable, porque hemos disfrutado en familia y solos con un guía muy amable, de la imagen que todos tenemos de Tailandia: playas paradisíacas y solitarias, aguas azules y cristalinas, paseos en kayak descubriendo zonas recónditas y vida salvaje en un espectacular entorno natural.