Última etapa de nuestra visita a Colombia y también de la primera fase de viajes de este año. Hemos abandonado por la mañana la bonita Cartagena de Indias, para coger un avión con destino primero Bogotá, y al atardecer otro que nos ha llevado a la lejana isla de San Andrés.

En ambos casos hemos volado con "Avianca" que con algunos pequeños retrasos y sin problemas, ha aterrizado en la isla al anochecer. Lo primero que hemos tenido que hacer por venir a San Andrés ha sido pagar una importante tasa turística, como si se tratara de un ¡¡¡ Edén !!! pero lo que hemos visto al llegar y aunque era de noche, se parecía más a las llamadas "repúblicas bananeras con muchos tejados de hojalata". Ya nos dimos cuenta que por los precios de los hoteles era una isla muy solicitada y claro, cuando interesa, se aplica el sistema de la oferta y la demanda, aunque la relación precio/calidad, esté muy por debajo de los mínimos exigibles.

La isla de San Andrés que se sitúa apenas a 150 Km. de Nicaragua y a 800 Km. de la costa colombiana, es un pequeño enclave de apenas 27 Km2., y como ya nos estábamos cansando también un poco de Colombia, decidimos venirnos a su llamado paraíso turístico para intentar terminar con ¡¡¡ buen sabor !!! una visita a estos países de los que esperábamos bastante más.

La escala de varias horas en la capital del país, la hemos aprovechado para comer de nuevo el conocido ¡¡¡ Ajiaco de Bogotá !!! un plato típico que en nuestra visita anterior ya lo probamos y nos gustó, así que como unos bogoteños más y en un eterno viaje desde el aeropuerto en el " microbús colectivo " de turno, nos hemos acercado al centro de la ciudad a la búsqueda del restaurante que ya conocíamos.

Veremos lo que nos depara el futuro en esta isla, porque 8 días en un mismo sitio son muchos para nuestra forma de viajar, pero el objetivo es disfrutar de lo único que el caribe ofrece, un continuo sol, un mar azul y ¡¡¡ no hacer nada !!! salvo playa, baños, lectura y recorrer la isla, lo cual supongo que haremos varias veces, por su reducido tamaño y nuestra tendencia a movernos.

Siguiendo nuestro plan previsto, hoy lo hemos dedicado a no hacer nada. La verdad es que cuando nos hemos levantado llovía a cántaros y con mucho viento, lo que hacía casi imposible hasta salir del hotel. Además en la recepción nos han dicho que estaría así toda la jornada y quizá al mediodía, despejaría algún rato.

Pues bien, peor predicción no podían haber hecho, porque a la media hora del vaticinio ya lucía un radiante sol, y así ha estado durante todo el día.

Después de un frugal desayuno obligado, porque en el hostel en el que estamos hospedados "El viajero San Andrés" éste no es un servicio a agradecer a pesar del precio que pagamos, hemos salido con más hambre que otra cosa, a dar una vuelta por el pueblo y a enterarnos un poco de lo que podríamos hacer en el resto de días.

Enseguida hemos llegado a la bonita playa que tiene San Andrés, de arena espectacularmente blanca, un mar de diversos tonos azules y desde donde se divisaba el precioso cayo "Johnny Cay" al que también pensamos ir en una motora y hacer snorkel. Después de comprarnos unos tubos y gafas porque sin duda los amortizaremos en los próximos días, nos hemos acomodado en la playa para disfrutar de un día apacible a base de lectura y baños.

Como hoy era nuestro aniversario de boda lo hemos celebrado cenando en un restaurante recomendado por Lonely Planet, lo que no te garantiza ni mucho menos que vayas a cenar bien. Después de una buenísima caipiriña, hemos compartido una cazuela de marisco, el que al igual que su precio, su sabor también era bastante reducido.

Mañana pensamos alquilar una motocicleta y dar la vuelta a la isla que tiene una circunferencia de 30 Km. y unos cuantos lugares considerados de interés.

Un recorrido por la costa de San Andrés en una motocicleta ha sido el principal tema del día de hoy. Pero apenas 3 horas después ya estábamos de vuelta sin haber encontrado nada que mereciese la pena de disfrutar. Es verdad que la naturaleza le ha dado a esta isla unos bonitos paisajes en los que el mar con sus muchas tonalidades está permanentemente presente y ha sido el motivo por el que se le conozca con el sobrenombre de "Los 7 colores". La fotografía que he obtenido desde el pueblo de "La Loma" da una muestra de las diferentes tonalidades que este mar tiene.

Pero el hombre con sus acciones irresponsables y poco dadas a mantener la belleza natural intacta, ha conseguido que playas y litoral en muchos tramos sean auténticos estercoleros, y que principalmente en los pueblos del interior coexistan hoteles turísticos con barrios de chabolas.

Terminada la vuelta a la isla y sin nada mejor que hacer, hemos preferido volver a la misma playa de ayer, alquilar una carpa y repetir lo de los baños y la lectura, disfrutando del sol y del mar.

Nos queda un par de visitas a realizar en la isla y que según parece son su principal atracción, el cayo "Johnny Cay"

y la isla llamada "Acuario" por su importante fauna, así que mañana si sale buen tiempo, intentaremos realizarlas y cubrir los puntos de interés pendientes

¡¡¡ y después dios dirá !!!

Como ha salido mal tiempo, hemos dejado para otro día la visita a los cayos. La mañana la hemos dedicado a hablar por Skype con la familia e incluso he contactado con mi antiguo compañero de trabajo "Juan Agus", que como siempre ha estado interesado en todo lo que nos rodea en nuestro viajes, pero dándome un pequeño disgusto al decirme que el Athletic acababa de meter el primer gol a la Real. Sobrepuesto de la noticia, hemos quedado en aprovechar que la fecha de mi vuelta a casa es todavía época de sidrerías, para organizar una visita gastronómica que tanto echo de menos, porque estoy de ¡¡¡ patacones (banana frita) y arroz !!! bastante harto.

Pero siguiendo con el tema gastronómico, hemos vuelto a intentar mejorar nuestra dieta acercándonos a comer en un restaurante frecuentado por isleños, en el que servían el plato típico llamado "Rundown" o "Rondón" como ellos dicen y que no sabría como definirlo: un trozo de pescado bastante ordinario, un hueso de costilla con poquísima carne de cerdo, y ello, acompañado de muchísima batata, plátano, ñame, banana, fruto del pan, yuca, boniato y demás féculas, ¡¡¡ finamente rebozados !!! y cocinados a fuego lento en salsa de coco. ¡¡¡ Vamos, como para repetir !!!

Cuando pensábamos tumbarnos en la playa para leer un rato porque hacía calor, ha empezado a llover, por lo que ni eso hemos podido hacer. Esperemos que mañana el tiempo nos permita visitar los cayos y comprobar si es cierto lo que se dice de ellos en cuanto a su belleza.

Si ayer fue el tiempo hoy ha sido el mar quien nos ha impedido visitar los ya ¡¡¡ tan deseados cayos !!! Por la mañana soplaba un poco de viento y nos han dicho que con la mala mar que hacía, estaban suspendidos los viajes. La verdad es que no parecía que el mar estuviese tan mal, pero nunca se sabe con el viento. Así que un día más hemos tenido que recurrir a la playa, la lectura y los baños en ese mar llamado "los 7 colores" que cada día me parece más bonito.

Es curioso que lo peor que nos puede pasar aquí, es que el tiempo nos obligue a holgazanear sin movernos de la playa.

¡¡¡ una vida muy dura la nuestra !!!

Seguimos igual y sin poder terminar de ver los cayos. Hoy nos han dicho que aunque el mar estaba algo mejor que ayer, las olas en la playa del cayo "Johnny Cay" hacían peligroso el desembarco en la arena, puesto que no hay embarcadero y se debe penetrar con la motora hasta la misma orilla. El caso es que hemos tenido que pasar otro día de playa, lo que ya nos está aburriendo bastante. Todavía nos quedan 2 días en la isla antes de volver a casa, pero ya no sabemos a que atenernos con los dichosos cayos.

Mañana lo intentaremos de nuevo.

Aunque por la mañana estaba la navegación prohibida por la policía de costas, según nos han informado los barqueros, por la tarde la han abierto en algunas zonas y hemos podido ir al cayo "Acuario" durante un breve rato, porque enseguida ha aparecido la misma policía y nos han echado de allí a todos los que estábamos, debido según parece a que estaba empeorando el mar, aunque no se notaba nada.

Por la mañana hemos ido como todo los días a la playa a donde nuestro ya amigo el de las carpas, que en cuanto nos ve nos dice ¡¡¡ ostias, tío !!! casi como si fuéramos de Bilbao y nos hace un pequeño descuento. Charlamos principalmente de fútbol que domina bastante, gracias a los cientos de canales televisivos de cable que hay aquí y dice no ser del Real Madrid, porque tratan mal a los negros y ninguno se quiere quedar en el equipo.

Por la tarde hemos ido a coger la motora que nos ha llevado al cayo "Acuario", que tiene ese nombre porque allí se puede ver muchos peces como en un acuario pero al natural. La realidad es que llevan comida y como los peces incluidos mantas y rayas les gusta como a todos la comida fácil, aparecen todas las tarde y hasta se dejan tocar la barriga. Al final el cayo parece un servicio de ¡¡¡ McDonald's para peces !!! donde todos de común acuerdo disfrutan de lo suyo. El acariciar una raya para mí que me he pasado media vida haciendo perca submarina en las rocas de Mancusa y Guetaria, ha sido una sensación extraordinaria y sin peligro de que te clavara el pincho de la cola.

A la vuelta hemos entrado un poco a ver los manglares que están cerca del pueblo de San Andrés, donde el barquero nos ha dicho que la "Comunidad Europea" les ayuda con financiación para que lo preserven tal y como está, dando cobijo a las muchas clases de aves que debe haber, aunque nosotros no hemos visto ninguna.

Lo que si hemos podido ver ha sido agua, mucha agua, porque íbamos en la parte delantera de la motora y con el mar rizado nos saltaban constantemente chaparrones de agua salada, calándonos hasta los huesos. Gracias a que había un pequeño compartimento cerrado y seco donde he podido meter la cámara fotográfica.

Mañana último día y última intentona para ver el cayo "Johnny Cay" que todos los días permanece cerrado, debido a que tiene mucho oleaje en su playa por su situación más abierta al mar sin protección.

Último día en la isla y tampoco hoy nos ha sonreído el mar, que ha vuelto a impedir que pudiésemos visitar el cayo "Johnny Cay". Así que nos vamos sin verlo.

Como la mayoría de los días, la playa, los baños y la lectura han sido una vez más la actividad de hoy y sólo una cosa nos ha tenido contentos, el que mañana nos iremos de la isla y pasado mañana de Colombia.

El eslogan turístico que aquí se utiliza de ¡¡¡ el riesgo es que te quieras quedar !!! no va con nosotros, sino más bien podría ir el de ¡¡¡¡ el riesgo es que te tengas que quedar !!!

Mañana volaremos a Bogotá desde donde vía Madrid retornaremos a casa, lo que ya tenemos ganas de hacer para estar con la familia.

Después de dar una vuelta más por la playa de San Andrés y de comprobar de que la navegación a cayo "Johnny Cay" permanecía prohibida, lo que en caso contrario me hubiese cabreado, porque después de 8 días de intentarlo cada día, habría tenido gracia que el día de nuestra marcha hubiera sido el único viable para ver lo más recomendado de toda la isla de San Andrés.

Así que con la tranquilidad de haber hecho todo lo posible, nos hemos despedido de la isla a la hora de comer, previa espera en cola de a uno y en plena pista del aeropuerto bajo un sol de justicia, a que nos permitieran subir al avión. Todo ello después de haber cruzado la puerta de embarque y cruzándonos con otra gente que acababa de aterrizar. Vamos un auténtico desastre organizativo que te hace cuestionar hasta el último momento si vas a ser capaz de despegar en el avión que te corresponde, ya que por la pista circulaban viajeros de distintos vuelos y algunos hasta se detenían cuando encontraban una sombra, con lo que el caos ha sido total.

Hemos volado de nuevo con "Avianca" y llegábamos a Bogotá a media tarde, donde un taxi nos ha llevado al hotel "Teusaquillo Boutique "en el que teníamos reserva para esta noche. Nos hemos encontrado con un Bogotá prácticamente vacío y sumido en graves problemas de manifestaciones convocadas para hacer frente al servicio de transporte "Transmilenio" y con cargas policiales contra los manifestantes, conforme hemos visto en la televisión. Siguiendo los consejos del hotel y como estamos situados en una zona que parece residencial, esta tarde no nos hemos acercado al centro de la ciudad para evitar riesgos.

Nada más que contar de interés salvo que como estamos de vuelta a casa, lo mejor es que no ocurra nada especial y que todo marche conforme a lo previsto. Mañana esperemos que mejore la situación de las movilizaciones y podamos salir sin riesgo para terminar de hacer alguna compra que nos ha quedado pendiente.

Bogotá estaba hoy tan tranquilo en sus calles que no parecía que hubiese habido ningún altercado con el tema del transporte urbano "Transmilenio". Los periódicos si que recogían noticias sobre los actos de vandalismo y robos realizados por jóvenes que se habían introducido entre los manifestantes, pero no con el objetivo de la protesta sino que aprovechando la situación de caos, vaciar las cajas de las taquillas previo desalojo de los trabajadores.

Después de comer nos hemos acercado al "Museo del Oro" porque empezaba a llover y teníamos buenas referencias de este museo. El caso es que cuando hemos salido, llovía de tal forma que nos hemos ido antes de tiempo al hotel "Teusaquillo Boutique " para recoger las maletas, llegando tan mojados que les hemos debido dar pena y amablemente nos han cedido una habitación para que nos pudiésemos cambiar de ropa. Agradecemos a este hotel su comportamiento para con nosotros, que además tenía una buenísima relación calidad/precio.

El abandonar Colombia ha sido otro cantar. Después de hacer el check-in y una vez ya dentro de nuestra sala de embarque, ha aparecido la policía antidroga y nos han hecho salir a todos de la sala, para hacernos entrar de nuevo, uno a uno, cacheándonos y registrándonos meticulosamente el equipaje de mano, después de que ya lo había hecho la policía del aeropuerto a la entrada. Bien, no ha terminado ahí el tema, a mí personalmente y a otras varias personas nos han dicho que nos iban a realizar una prueba utilizando "rayos X" para comprobar que no transportábamos droga dentro de nuestro cuerpo. Según tengo entendido este tema de utilizar esta técnica ya ha sido eliminada de los reconocimientos médicos porque las radiaciones pueden ser perjudiciales para la salud, pero como firmas previamente la autorización de la prueba, ¡¡¡ ¿quien es el guapo que se niega si lo que quieres es salir cuanto antes del país? !!! Muy a mi pesar he firmado enseguida y he pasado por los rayos, porque no quería ni imaginarme la situación que se me pudiera dar en caso de oponerme a participar en el muestreo. Tampoco ha terminado aquí la cosa, cuando estaba en los "rayos X" han debido llamarme por megafonía según me ha dicho Carmen, para que me presentara también para una comprobación del equipaje entregado en el mostrador de check-in, presentándose ella para indicarles la imposibilidad que yo tenía de acudir a su llamada. Bien, ha resultado ser que el equipaje que querían ver era el de Carmen en lugar del mío, quien ha tenido que mostrar todo el contenido que ha sido revisado minuciosamente.

En fin, si ayer hacía una broma respecto a que el lema usado por Colombia ¡¡¡ el riesgo está en que te quieras quedar !!! para atraer el turismo y sustituía la palabra "quieras" por "tengas", hoy después de lo pasado y que también debo decirlo, he llegado a tener cierta preocupación mientras le daba vueltas a la cabeza durante el larguísimo tiempo de espera, de los riesgos a que te expones y de lo desprotegido que estás, porque las maletas hacía tiempo que las había perdido de vista al entregarlas en el mostrador. Quien me dice a mí, que alguien dentro del aeropuerto no podía haberlas manipulado comprometiéndonos y siendo nosotros ajenos a todo ello. Y me preguntaba ¿Qué derechos me asisten o como me defiendo ante una posible acusación de este tipo?. Igual es que he visto muchas películas en la televisión y estoy influenciado por sus argumentos de corrupción, pero cuando te toca pasar por estas situaciones y ves la cara de los policías que te registran, crees que estás viviendo una de esas películas.

Un malísimo sistema de control de droga el aplicado y con graves riesgos para el pasajero, tanto en lo relativo a la seguridad del propio procedimiento como a las técnicas de detección empleadas, por lo que yo personalmente creo que no volveré a este país de nuevo, mientras no cambie y arreglen sus propios problemas antidroga desde dentro, que es donde está la raiz del problema, ni se lo recomiendo a quienes de buena fe quieran ir a conocerlo.

También ayer comentaba que lo mejor era que no pasara nada especial, para poder terminar este viaje sin complicaciones, pero ello resulta muy difícil de conseguir. Después de 6 años dedicados a recorrer muchísimos países de todo el planeta, lo de Colombia no lo había sufrido en ninguno y desde luego, hay que ignorar el engañoso eslogan turístico con el que se empeñan convencer al mundo, de que hay que visitar Colombia.

Depués de cerca de 1 mes visitando diferentes escenarios de Colombia, lo que puedo decir es que en primer lugar, tenía una idea equivocada de este país. Una vez más la información de la que disponía era de una parte, el sensacionalismo de los medios de comunicación en cuanto a la droga y la violencia, y de otra, la cantidad de inmigrantes que nuestro país acoge procedentes de estas latitudes.

En el primer caso las sensaciones que después de este tiempo me quedan, es que el tema de la violencia puede que se vaya suavizando, pero todavía los periódicos siguen generando noticias de muertes que se producen casi a diario. En cuanto a la droga, después de ver las grandiosas mansiones situadas entre cafetales, la forma en la que parece correr el dinero en algunos espectaculares centros comerciales de Medellín, familias y niños viajando en avión en clase "Business", y hoteles de muchísimas estrellas que concentran círculos cerrados de determinados estamentos sociales, creo que es un tema demasiado grande y con tantas implicaciones que se tardará muchísimo tiempo en atajarlo, eso si es que alguna vez se consigue y si se quiere realmente.

No obstante, la mayor parte de la población parece vivir al margen de todo ello y el día a día es el de un país bastante más desarrollado que su vecino Ecuador, algo que yo ignoraba y que irá evolucionando económicamente con mayor o menor rapidez en función de las zonas. Mientras que Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena, muestran una cara más moderna, otras áreas, incluidas las de producción de café y que parece que debieran ser económicamente fuertes, no se traducen en disponer de infraestructuras razonables acordes con sus expectativas.

Lo que si se aprecia son grandes desigualdades sociales, aunque en ningún caso pienso que se pueda hablar de pobreza y que la importante emigración que hay hacia otros países pudiera dar a entender que existe en todo el país.

Como destino turístico, pocos lugares se puede decir que hayan merecido la pena. Como es lógico, desde el punto de vista histórico: Bogotá y Cartagena de Indias, son las principales muestras del colonialismo, y desde la óptica de espacios naturales, el Parque Nacional de Tayrona y algunos de los cayos cercanos a la lejana isla de San Andrés, son quienes mejor representan la espectacularidad del mar Caribe y de sus culturas tan distintas a las del resto de Colombia.

Para el viajero que le gusta conocer la espectacularidad y grandes creaciones de la "Madre Naturaleza", Colombia no es lo que se dice un paraíso y desde luego, todo el posible interés que pueda despertar, se pierde al tener que soportar otros condicionantes inherentes a la droga, violencia, atracos y robos que hacen que cuando estás allí te preguntes ¡¡¡ con la cantidad de países interesantes que hay en el mundo, ¿que coño hago yo aquí? !!!