Un mes después de volver de Turquía, hemos salido de nuevo para disfrutar con nuestros hijos de las vacaciones de verano. Viajamos en coche porque el destino final es Croacia y preferimos llevar nuestro automóvil para aprovechar mejor la escapada y visitar de paso algunos puntos de Suiza y Austria que teníamos pendientes.

Carmen y yo hemos salido una semana antes y cogeremos a los chavales en el aeropuerto de Viena. Cruzaremos Eslovenia y entraremos en Croacia para ir bajando por las islas en ferry y por la costa hasta Dubrovnik. El bonito recuerdo que tengo de este país y muy especialmente de sus Parques Nacionales de Krk y Plitvice, nos ha llevado a programar este viaje de esta forma.

Así que hoy ya estamos en la preciosa ciudad de Annecy con su espectacular lago, que nos ha acogido con un tiempo estupendo, disfrutando de un atardecer de postal y con mucho ambiente veraniego. El viaje ha sido muy bueno y rápido, dándonos tiempo de pasear por la orilla del lago y cenar en una terraza con vistas a los canales que atraviesan la ciudad vieja. En Annecy hemos estado muchas veces cuando subíamos a la zona de Chamonix a esquiar, pero todavía hoy en día no puedo pasar de largo sin echar un vistazo a unos de los entornos más bellos que he visto. La combinación de un pueblo medieval, más un lago de agua cristalina surtida por las montañas de los Alpes que lo circundan protegiéndolo, es más que suficiente para pasar unas horas paseando y degustando su gastronomía.

Mañana continuaremos viaje hacía Interlaken en Suiza, que es uno de esos puntos de reconocido prestigio que me faltan por visitar, ya que generalmente a Suiza hemos ido en invierno y con el tiempo justo para disfrutar del esquí.

Abandonamos Francia y cruzamos la frontera con Suiza por Ginebra, previo pago de la viñeta de autopista duradera para todo el año en curso. Sin problemas de tráfico en nuestra dirección hemos avanzado con rapidez mientras veíamos en el lado contrario inmensos atascos, llegando a media mañana a Berna. Cuando hemos entrado en la capital parecía que alguna desgracia natural había ocurrido porque no había nadie en la calle, aunque después hemos pensado que las colas en la carretera serían de los suizos que se marchaban de vacaciones fuera del país.

Un par de horas paseando por la preciosa calle principal y cruzando los puentes desde los que hay bonitas vistas de la ciudad, han sido suficientes para recordar mi visita anterior con mucho peor tiempo entonces. Nos hemos puesto en carretera de nuevo y llegábamos a primera hora de la tarde a Interlaken, dirigiéndonos directamente al hostel "Balmer's Herberge" para dejar el equipaje y preparar las excursiones, lo cual han hecho de maravilla, porque en un momento nos han dicho lo más destacado de la zona y nos han suministrado los mapas correspondientes.

La primera visita ha sido a unas impresionantes cataratas llamadas "Stechelberg" formada por el deshielo de los glaciares de los montes: "Eiger", "Monch" y "Jungfrau" con un tremendo caudal de agua a 2º de temperatura, que cae por dentro de la montaña formando intrincados saltos, a los que se accede a través de una complicada obra de túneles en los que se incluye hasta un funicular.

Después nos hemos dirigido a ver los lagos de "Brienzersee" y "Thunersee" que nos han decepcionado un poco porque ayer mismo estábamos en el de Annecy y claro, es difícil de igualar en belleza.

Un paseo por el centro de Interlaken ha sido lo último de hoy, en donde nos ha sorprendido ver a muchísimas familias árabes que parecían estar de vacaciones por las cámaras fotográficas que llevaban, y también había muchos japoneses aunque esto es lo normal estés en el país que estés.

Mañana aprovecharemos para subir a los puntos paisajísticos del "Jungfrau" porque parece que hará buen tiempo y que no durará mucho. Por la tarde dicen las predicciones que se estropeará y pasado mañana también hará malo ¡¡¡ esperemos que se equivoquen !!!

Las previsiones se han cumplido al pie de la letra. Un tiempo espléndido durante la mayor parte del día y a las 6 de la tarde, una tormenta con ráfagas de viento que han volcado y roto cantidad de mesas y separadores de las terrazas de los restaurantes y tejas que volaban. Menos mal que sólo ha durado media hora, pero en ese corto tiempo, la intensidad del agua y el tamaño del granizo que caía nos ha obligado a meter el coche en un aparcamiento subterráneo, por miedo a posibles abolladuras en el coche.

Como ya estaba más o menos previsto, hemos salido temprano por la mañana en dirección "Schilthorn" que es un famoso mirador giratorio y muy conocido por las imágenes que todos hemos visto en los reportajes de los Alpes y desde donde se tiene la mejor vista del "Jungfrau". Realmente el sitio es espectacular, principalmente si tienes la suerte de contar con un día como el que nos ha salido y que permitía tener una amplia y profunda visión de los lagos en una parte, y en la otra, de los picos nevados y glaciares.

Después de 3 horas de disfrutar del paisaje, nos hemos dirigido a "Grindelwald" para coger el tren que nos iría remontando hasta el mirador del "Jungfrau", denominado "Top de Europa", debido a su altitud de 3.454 m. Cerca de hora y media y un cambio de tren, nos ha llevado subir al glaciar, en el que había un montaje turístico impresionante: escaleras mecánicas, ascensores, palacio de hielo, tiendas, cafeterías y hasta un restaurante llamado "Bollywood", dan una idea del ¡¡¡ tinglado montado !!! y en obras otras nuevas atracciones a inaugurar en el 2012. Me ha recordado a lo que había en el "Cabo Norte" de Noruega con "El Sol de Media Noche". Todo esto para mi entender resta belleza a lo esencial que es la montaña en sí, con su glaciar y paisaje nevado espectacular que debe ser el objetivo de la visita. Basta decir que había gente con chanclas que se tenían que quedar dentro del mirador para no mojarse los pies en la nieve.

En el tren de bajada hemos coincidido con un matrimonio de Ecuador, que llevaba muchos años viviendo aquí donde tienen negocios de hoteles y que nos comentaban que los principales visitantes son hindúes, árabes y por supuesto japoneses, lo que no nos ha extrañado por lo que veíamos a nuestro alrededor. También nos han recomendado que mañana ante el mal tiempo pronosticado vayamos a visitar Lucerna, que debe tener una zona antigua muy bonita.

Un día precioso y muy completo en el que hemos condensado las principales visitas de Interlaken, pero en cualquier caso y sin querer desmerecer la belleza del "Jungfrau", yo me sigo quedando con el valle de "Chamonix", menos masificado donde el "Montblanc", "Aiguille du Midi" y "Les Grandes Montets", te hacen sentirte ¡¡¡ dentro de los Alpes !!!

Los suizos no se confunden con la meteorología y tal como decían ha salido un día muy lluvioso, así que hemos optado por hacer una visita a Lucerna, que de otro modo nunca lo íbamos a conocer.

Nos habían recomendado hacer el recorrido por una carretera que bordea el lago "Ringenbergsee" y que tiene mejores vistas que la carretera general que atraviesa innumerables túneles, pero nos hemos confundido de lago y hemos ido en dirección a "Berna", es decir, en sentido opuesto al correcto, durante un buen rato y desoyendo tanto al GPS, como a las propias señales de la carretera que nos mandaban en la otra dirección. Tampoco nos ha importado porque llovía mucho y tampoco íbamos a poder andar mucho por Lucerna con lo que caía.

Cuando hemos llegado a la ciudad, nos hemos dirigido al lago y más concretamente al "Museo del Transporte" y aunque no somos de museos por todo los que ya hemos visitado, parecía que era el mejor plan para no mojarnos. Hemos entrado y ya en la recepción lo que hemos visto no nos ha gustado mucho, porque parecía más dirigido a que los niños pasaran una tarde resguardados de la lluvia. Así que nos hemos marchado con la intención de volvernos a "Interlaken", pero nada más montarnos en el coche ha parado de llover lo que nos ha permitido recorrer la parte antigua de la ciudad y admirar numerosas casas con sus fachadas adornadas con pinturas muy cuidadas.

Lo poco que hemos visto de Lucerna nos ha gustado y al final se ha arreglado un poco este día que no pasará a la historia de nuestros viajes, pero con la buena sensación de que ayer tuvimos suerte de ver lo mejor del "Jungfrau". Mañana continuaremos viaje hacia "Munich" acercándonos poco a poco a "Viena".

Cambio de país llegando a entrar en Austria durante unos pocos kilómetros. Continúa el mal tiempo y durante buena parte de la mañana ha estado lloviendo, pero las carreteras eran muy buenas y cuando he visto el asfalto seco me he permitido dar un acelerón de coche poniéndolo a 180 Km. por hora, cosa que hacía mucho tiempo que no lo hacía y me he desquitado por un rato, de las limitaciones de velocidad que tanto nos torturan, del miedo a las multas y de la pérdida de puntos. Entrar en Alemania es como el paraíso para el conductor y supongo que todos los que venimos de fuera hacemos lo mismo ¡¡¡ desmelenarnos un poco pisando a fondo el acelerador !!! pero lo que para nosotros es el ¡¡¡ éxtasis al volante !!! aquí les debe parecer de lo más ridículo, porque cuando estás al máximo de tus posibilidades y de las de tu coche, casi sacando el pedal por los bajos del mismo, siempre aparece por detrás un "Mercedes" dándote las luces para que te apartes y le dejes adelantarte, frustrando tu sensación de ir compitiendo en "formula 1".

En general poco que contar de hoy. Hemos llegado a Munich a primera hora de la tarde y directamente al hotel de la cadena "Etap", donde una eficiente máquina nos ha facilitado los códigos de activación de las diferentes puertas de acceso, llegando a la habitación sin haber visto a ningún humano.

Como había una estación de "Metro" bastante cerca, los desplazamientos por la ciudad y a "Marien Platz" los hemos realizado en transporte público, comprobando una vez más que Munich es una de esas grandes ciudades, con una personalidad muy especial y con una cerveza también especial, ya que es el único lugar donde consigo beber yo solito una cerveza de 1/2 litro. A pesar de que Alemania no es un país donde la alegría callejera se desborde, aquí todas la calles peatonales estaban llenas de músicos, artistas del mimo y de los que no mueven ni una pestaña y eso quiere decir que la gente sale a la calle.

Una bonita tarde en una ciudad que siempre nos ha encantado para pasar unas horas y donde Carmen puede hablar alemán hasta hartarse, donde yo me relajo y me vuelvo un convidado de piedra dejándome llevar, porque Carmen se encarga de todo: preguntar, leer, escribir, entender como funcionan las cosas, etc.

Hoy hemos continuado viaje acercándonos a Viena para recoger mañana a los chavales en el aeropuerto. Como habíamos leído acerca de las excelencias de la ciudad de Linz y como nos pillaba de camino, hemos optado por visitarla y quedarnos a dormir.

A unos 150 Km. de Munich y cerca de la frontera con Austria hemos entrado en un pueblo buscando un hipermercado para comprar comida, ya que cuando viajamos en coche principalmente preferimos comer ligero, comprando ensaladas ya preparadas y hacernos algún bocadillo. En cuanto hemos vuelto a la autopista las señales de tráfico nos han recordado la obligación de comprar las viñetas para poder circular sin problemas y sin multas, debiendo comprar también otra para Eslovenia, país por el que pasaremos para entrar en Croacia. En definitiva, un sablazo de 50 € en total por circular por las carreteras de 2 países pequeños.

Hemos llegado a primera hora de la tarde a "Linz" y nos hemos hospedado en el hotel "Ibis" que tenía una oferta especial. Dejado el equipaje, hemos salido a recorrer la ciudad, lo que nos ha llevado poco más de 1 hora ya que poco había que ver, estando el resto de la tarde haciendo tiempo hasta que llegara la hora de la cena.

A las 6 de la tarde hemos considerado que ya estaba bien de deambular y nos hemos metido en un restaurante típico de comida de la zona. 1 hora después salíamos del mismo restaurante cabreados y sin cenar, ya que era un auténtico cachondeo el servicio, de forma que a la media hora de entrar ya hemos tenido que ponernos serios para que nos tomaran nota del pedido. Carmen, que mejora considerablemente la dicción del alemán cuando está enfadada, los ha puesto a parir con gran fluidez de frases y parece que no les ha gustado mucho, porque otra media hora después todavía no nos habían servido la cena, por lo que hemos optado por dejar el dinero de la bebida que nos habían servido y marcharnos, haciéndoselo saber a una camarera que no era la que nos correspondía, pero que se ha llevado todo el chaparrón de improperios. Extraño, que en un país que se dice serio y modélico en cuanto a puntualidad y buen hacer, se den situaciones como la ocurrida.

La cena finalmente ha consistido en diferentes tipos de salchichas en puestos callejeros que realmente estaban deliciosas y que seguro que en nada desmerecían a las del restaurante, que posiblemente a la hora de escribir este diario todavía no las hayan preparado o nos estén buscando para servírnoslas.

Ayer llegamos a Viena sin contratiempos y fuimos directamente al hotel "Geblergasse" en el que habíamos reservado por Internet, ya que podíamos ocupar una misma habitación para los cuatro. Bien situado y con muy buen precio hemos vuelto a reservar para la vuelta después de Croacia, ya que mis hijos cogerán aquí el avión de regreso a casa.

También dio la casualidad que había muerto "Otto von Habsburg", hijo mayor del Káiser"Carlos I de Austria" y se celebraban los funerales en la catedral que está situada en pleno centro de Viena, con lo que estaban las calles tomadas por la gente y cantidad de estandartes y personas vestidas con trajes autóctonos que iban a presentar sus respetos.

Los chavales llegaron en avión sin contratiempos y hoy lo hemos dedicado a visitar la ciudad. En primer lugar la visita ha sido al palacio de verano de "Schönbrunn", que es posiblemente la atracción más espectacular de todas las que hay, cosa difícil, porque Viena está plagada de edificios monumentales, a cual mayor y más bonito. El resto del día lo hemos pasado visitando el centro y al atardecer la elección ha sido una cena en un "Biergarten" situado en al parque "Prater", famoso por ser el escenario de la película "El Tercer Hombre" en donde hemos podido comprobar que todavía sigue en pie y funcionando la noria.

Esto ha sido ha grandes rasgos el día de hoy porque mis hijos no me dejan explayarme más, ya me están reclamando el ordenador para ver una película por Internet. Así que los diarios de viaje serán cortos debidos a ¡¡¡ la presión que me ejercen !!!

Temprano hemos tomado dirección Liubliana (Eslovenia) donde teníamos intención de parar para conocer la ciudad y dormir allí. Tenía referencia de un hotel con piscina que cuando viajo con mis hijos y pasamos horas en el coche, suele ser al canon que pago para que se porten bien, pero ha resultado ser un balneario en la montaña a varios kilómetros de la ciudad y hemos decidido acercarnos a la capital directamente para visitarla. Después de varias vueltas por Liubiliana buscando hotel, tampoco nos ha parecido por lo que hemos visto que la ciudad mereciese la pena, así que de nuevo hemos cogido carretera esta vez con destino a Opatija, en la costa de Croacia.

En una oficina de turismo nos ha reservado un apartamento en Cikovici, un pueblo muy cercano a Opatija con un buen precio. Opatija tiene hoteles de mucho nivel y en los pueblos vecinos encuentras opciones muy buenas. La señora que nos ha alquilado el apartamento para un par de días se deshacía en atenciones y además nos gusta la libertad e independencia que te aporta esta forma de hospedaje.

La opción de apartamentos en nuestro caso que somos 4 personas es la mejor y más barata. Normalmente son casas individuales donde los dueños viven en pisos superiores y alquilan los apartamentos de abajo a los visitantes.

Una vuelta por Opatija y cena en una agradable terraza ha puesto fin a un día principalmente dedicado a viajar y como nos hemos saltado una etapa, tenemos un día más de margen por si nos apetece alargar alguna estancia en otro destino.

Desde que vi hace años un reportaje sobre la isla de Krk, siempre he querido realizar esta visita. El curioso nombre que nosotros pronunciamos terminando en "a", los croatas consiguen decirlo sin tener que recurrir a ello y lo diferencian sin problemas de otro importante destino que después visitaremos, el Parque Nacional de Krka, que si lleva la "a" final.

La isla en sí no es nada agraciada, y el enorme gentío que había todavía la hacía menos apetecible. Al estar en la parte norte del país es destino habitual de los europeos que llegan a Croacia por carretera. Hemos visitado Baska con su estrecha franja de playa de piedras de canto rodado y en la que había tanta gente que hemos tenido que dejar la ropa en un banco de una especie de paseo para darnos un baño. Eso sí, el agua era totalmente cristalina y de una temperatura estupenda. Aunque la señora del apartamento nos ha recomendado la playa de Njivice como la mejor de la isla, no hemos conseguido ni encontrar un sitio para aparcar.

También hemos visitado Vrbnik, un pueblo muy antiguo en una colina, que casi se podía considerar peatonal, porque la estrechez de sus calles no daban más que para circular motocicletas.

Vuelta a la península con parada en Kastav, otro pueblo en alto desde el que se tenía una bonita vista de la costa de Opatija y por último cena en Lovran, en un pequeño restaurante familiar con unos buenísimos calamares cocinados con patatas y tomates al estilo croata, que yo ya había probado en Dubrovnik.

Desilusión en la primera visita que hemos realizado en Croacia y que yo no conocía, puesto que en mi anterior viaje realicé un itinerario diferente en mi ruta a Grecia y me salté esta parte norte costera.

Abandonamos el apartamento despidiéndonos de la amable señora que nos lo alquiló y teniendo que prometerle que volveríamos en otra ocasión llamándole directamente para ahorrarnos los costes de los intermediarios.

Tomamos rumbo a Zadar por la cómoda autopista croata y nada más llegar intentamos buscar otro apartamento. Aquí hay mucho turismo y nos preocupaba que pudiéramos tener problemas para encontrar alojamiento. El hotel que llevaba anotado como referencia estaba lleno y nos hemos dedicado a preguntar directamente en las villas que ofertaban camas, hasta encontrar una e nuestro gusto.

Enseguida nos hemos acercado a Zadar para visitar este bonito lugar con sus animadas calles, pero la coincidencia con un espectáculo de piruetas de avionetas nos ha estropeado el paseo. Muchas zonas estaban cerradas al tránsito libre y no nos ha dado la gana de pagar entradas para acceder a ellas, porque realmente los aviones no tenían ningún interés para nosotros. Aparte de tener que soportar durante toda la tarde el ruido constante de sus motores sobre nuestras cabezas.

Continuos chaparrones nos han obligado a guarecernos en cafeterías hasta que pasaban y volvía a lucir el sol. Como nos han garantizado buen tiempo para mañana, hemos reservado una excursión al Parque Nacional de las islas Kornati, que es una visita clásica en Zadar a tenor de la enorme oferta de barcos que la realizan.

Hoy he podido disfrutar de la primera puesta de sol en Croacia, en el que las propias nubes han colaborado en dibujar un paisaje espectacular.

Una mala experiencia en la excursión al Parque Nacional de las islas Kornati. Las bonitas imágenes que habíamos visto de las islas eran ¡¡¡ a vista de pájaro !!! pero el paisaje a nivel del mar es de lo más insulso. Sólo una zona de acantilados merecía la pena de visitar y gracias a que lo hemos hecho desde tierra por nuerstra cuenta porque aunque estaba prevista la visita por mar, no se ha realizado.

Con más de 6 horas de viaje en barco (ida y vuelta), parando a recoger y dejar gente en otras islas, con promesas incumplidas por parte de la agencia contratada, mala comida, aunque con mucha grapa gratis, probablemente para que olvidaras el viaje. Tanta grapa que una señora se ha agarrado una borrachera que se caía dando un lamentable espectáculo junto a sus compañeros que además le ofrecían continuar bebiendo.

Hasta el final ha sido un suplicio. El colmo ha sido una parada de 1 hora en una isla sin ningún interés donde intentaban meterte en un restaurante para que consumieras algo, y a lo que nos hemos negado, marchándonos a dar una vuelta esperando con ansia la salida del barco de nuevo y finalizar de una vez la excursión.

Vamos, un día para olvidar y que a mi familia le ha disgustado tanto como para plantearnos continuar en Croacia, porque lo que estamos viendo por ahora no es nada recomendable. Esta parte yo no conocía y es a partir de mañana cuando pienso que mejorará mucho por el recuerdo que yo tengo.

No obstante, es verdad que de las excursiones organizadas en barco que yo hice en mi viaje anterior, también tengo un mal recuerdo, aunque pensaba que fue algo excepcional. Ahora veo que no es así por lo que hemos decidido no volver a realizar ninguna más. De todas formas debo hacer una recomendación muy particular, al menos no visitar las islas Kornati con la siguiente empresa, que ha sido nuestra pesadilla:

M/B Fazanka

aunque supongo que las demás serán igual. Ya se sabe, donde hay turismo de masas hay un gran desmadre. Había preguntado en la Oficina de Turismo para que me recomendaran alguna agencia y me habían dicho que todas eran similares y buenas.

Mañana iremos al "Parque Nacional de Krka" que ya conozco y donde espero que mi familia cambien de opinión respecto a Croacia.

Por fin ha cambiado nuestra suerte en Croacia. Buen tiempo y una bonita visita al Parque Nacional de Krka, con un baño para recordar bajo una enorme y preciosa cascada.

El día consistía en visitar primero el Parque Nacional de camino a "Split". El tiempo ha sido estupendo y por fin he visto alegría en el grupo familiar. Hemos tomado primero un barco que nos ha acercado hasta la zona más interesante del parque. Realmente lo importante se limita a varias caídas de agua en distintos niveles que van formando piscinas hasta que al final se ensancha el curso y cae a la más espectacular, donde además tienes una zona donde poderte dar un chapuzón bajo el ruido constante del agua cayendo.

Hemos dado un paseo por los distintos niveles y por un trazado muy cuidado con grandes zonas de sombra debido a la vegetación existente y que sorprende ante la aridez de la costa, completando la visita con un baño que ha sido lo mejor de todo.

Por la tarde, hemos continuado viaje hasta Split para enterarnos de los ferries a la isla de Brac y buscar hotel, pero como no encontrábamos alojamiento disponible, nos hemos acercado a Trogir, donde al final hemos conseguido un apartamento de camino en la playa. Lo primero ha sido, darnos otro baño en la pequeña playa para quitarnos el calor del viaje y después cena en Trogir. Este es un pueblo que no suele figurar como destino importante de Croacia, pero yo creo que hay que visitarlo porque es precioso. Casco antiguo, muralla, pequeño castillo y muy buen ambiente con varias agrupaciones vestidas con trajes regionales y música nos han recibido para completar este agradable día. Yo ya conocía esta villa y me había gustado tanto en mi anterior viaje que expresamente la había incluido en nuestro itinerario.

¡¡¡ Llegar y besar el santo !!! hemos llegado justo a tiempo de coger el ferry a la isla de Brac que tiene la mejor playa de Croacia llamada "Bol", al menos por las imágenes que yo he visto. Eso sí, no de arena sino igual al resto, de piedrecitas. Una lengua que penetra en el mar y que va cambiando de tonalidad, del verde esmeralda en la orilla al azul cristalino en aguas profundas. El problema ha sido el tiempo que ha estado nublado y también el GPS TomTom, que nos ha llevado por una ruta increíble, que debía ser la más rápida, pero que yo pienso que era la más corta, a tenor de los peligrosos terraplenes de pedriza suelta que había. Hemos tardado más de 2 horas en hacer un recorrido de unos 22 kilómetros.

Mi hijo Alain conducía el coche desde que hemos salido del barco y le he dejado seguir cuando hemos abandonado el asfalto porque quería que se fuese acostumbrando a situaciones ¡¡¡ especiales !!! y como eran pocos kilómetros los que teníamos por delante, he pensado que le podía dejar continuar. Pero no me podía imaginar lo que se nos venía encima, la ruta se ha ido complicando cada vez más, subiendo y bajando por caminos estrechos y con caídas de terraplenes enormes, hasta que no hemos tenido más remedio que parar en una desviación porque se acababa el camino y dar marcha atrás. A partir de ahí y porque ya era demasiado alto el nivel de ¡¡¡ situación especial !!! he cogido yo el coche y he tenido que echar mano de toda mi experiencia y de las formidables prestaciones de 4x4 de nuestro Nissan "suv" para salir del atolladero. Ha habido un momento que a pesar de ir muy despacio y frenando suavemente, el gran desnivel del camino ha hecho que bajase patinando unos metros con la mirada fija en el fondo del barranco porque además debía de coger una curva muy cerrada.

He tenido una gran sensación de impotencia, porque acostumbrado a a conducir en la nieve, barro y arena, he comprobado que las piedras relativamente grandes sobre las que se apoyaban las ruedas, se desplazaban sin dar opción a que funcionase bien la tracción 4x4, ya que en ningún momento el coche tocaba suelo firme con alguna de sus ruedas.

Otra ¡¡¡ jugada !!! del TomTom que con indicar que le puede faltar información de la zona, nos ha metido en una situación difícil y ya son varias.

En cualquier caso, el chaval se ha portado como un gran conductor, controlando las situaciones que le he permitido y me ha quedado la grata sensación de no tenerme que preocupar en adelante por su comportamiento al volante.

Como el tiempo no era bueno y hemos tardado tanto tiempo en llegar a Bol, sólo nos ha dado tiempo de comer en un restaurante de la playa y retornar esta vez por carretera asfaltada al barco de vuelta a Split, que era por donde todo el mundo iba.

Visita al casco antiguo de Split y paseo por sus estrechas callejuelas. Cansados del ajetreado día de coche y del ¡¡¡ subidón de adrenalina !!! en los barrancos, hemos comprado algo de comida y cenado en el apartamento, ya que mañana tenemos que levantarnos pronto y coger el ferry a la isla Korçula, para continuar descendiendo hacia el sur del país.

Casi todos los días nos caen varios chaparrones. Hemos cogido el ferry a la hora en punto, cosa bastante rara y después de un cómodo viaje de 3 horas y mucha lluvia hemos desembarcado en "Vera Luka", al norte de la isla de Korçula.

Después de atravesar la isla que tiene unos 50 Km. de largo y de llegar al pueblo de Korçula, hemos iniciado la tarea de buscar alojamiento para un par de días, que suele ser lo que nos quedamos en cada sitio: 1 para visitar el propio destino y otro para movernos por los alrededores. Korçula es otro de los destinos caros de Croacia y visita indispensable, por lo que a la segunda intentona hemos dado con "Antonio" un amable y sonriente croata que nos ha brindado todo su conocimiento para que pasemos unos días agradables en la isla, además de alojamiento a precio razonable. El apartamento está a un par de minutos andando del centro y además tiene un hueco reservado para aparcar, lo que aquí es todo un lujo.

Hay mucha gente en esta isla que es donde nació "Marco Polo" y que tiene algo especial, o que por lo menos a mí me lo parece, desde que vine por primera vez y por eso la he incluido en este itinerario. Por la tarde, hemos salido a visitar el casco antiguo y recordando tiempos pasados nos hemos acercado hacia el camping en el que yo estuve anteriormente y que está situado en una bonita cala próxima.

La primera impresión que me ha dado mi familia es de que les ha encantado este pueblo tan animado, con las estrechas callejuelas de la parte antigua con sus limpias fachadas de piedra blanca kárstica que tanto abunda en Croacia. Poco a poco va mejorando la la imagen de Croacia, con lugares en los que nos sentimos mucho más a gusto.

Para mañana,nuestro patrono "Antonio" nos ha recomendado ir a la poco conocida y por lo tanto bastante solitaria playa de "Pupnastska Luka", que según dice es una maravilla de paz, quietud y como parece que viene buen tiempo, le haremos caso.

Hoy el tiempo ha salido algo mejor que ayer y siguiendo los consejos de "Antonio", nos hemos ido en coche por la isla, parando en primer lugar en la cala "Pupnastska Luka" en la que nos hemos dado varios baños con muy poca gente y disfrutando por primera vez de un par de horas tumbados al sol. Aunque sigue sin haber arena, por lo menos la playa era muy tranquila y el agua estaba buenísima.

Después nos hemos acercado a otro bonito y tranquilo pueblo costero llamada "Brna" en el que se respiraba una completa paz sin turistas. Otras visitas a pueblos costeros cercanos como "Zavlatica" y "Lumbarda" han sido parte del recorrido por la isla en donde mi hijo Manez ha practicado conduciendo el coche.

Para la cena hemos seguido también la recomendación de " Antonio" dirigiéndonos a un restaurante de comida croata con calidad y buen precio. Lo segundo si se daba, pero lo relativo a calidad no tanto, los platos no nos han gustado demasiado porque realmente era comida para turistas y no especialmente croata.

Mañana cogeremos otro ferry con destino a Orebic ya en la península, desde donde continuaremos por carretera bajando por la costa hasta Dubrovnik.

Un ferry en menos de 1/2 hora nos ha llevado de Korçula a la península y hemos continuado por la costa hasta Dubrovnik. Este itinerario a través de Korçula te libera de pasar la frontera con Bosnia, que es una lengua de tierra de unos 10 km de anchura que parte Croacia en 2 partes. Curioso el que tengas que salir de Croacia para volver a entrar si quieres ir hasta Dubrovnik por la península. Esta franja de tierra le da a Bosnia salida al mar, aunque la isla de enfrente muy cercana pertenezca a Croacia.

Fuertes aguaceros nos han acompañado todo el camino hasta llegar a la ciudad de Dubrovnik y nos hemos dirigido directamente a la zona de "Babin Kuh" donde teníamos reservado a través de "Booking" el apartamento "Mira Mrdalo" por 2 días. Pero como hemos llegado con un día de adelanto y no tenían sitio nos han buscado otra casa en la misma calle para resolver el hospedaje de esta noche. Casi todas las villas de esta zona están dedicadas al alquiler, por lo que no hay problemas para encontrar sitio.

Por la tarde nos hemos acercado en autobús a la "ciudad antigua" para dar una primera vuelta por esta preciosa ciudad. Mucha gente por las calles y muchos españoles, puesto que había un enorme crucero amarrado del que salían avisos por megafonía que identificábamos.

Como había Internet en el apartamento, nuestro hijo Manez se ha conectado para comprobar el resultado de sus exámenes del idioma inglés en su alto nivel "Prof", que hizo el mes pasado y como ha aprobado, de la alegría que le ha dado nos ha invitado a cenar. Lo cual, hemos aprovechado para disfrutar de una dieta a base de pescado del Adriático bastante insulsa.

Hoy el día ha salido precioso y lo hemos pasado primero cambiando de apartamento e instalándonos en el que teníamos reservado y que es mucho mejor, y marchando después a la playa cercana de "Copacabana", que no tiene nada que ver con la de Río de Janeiro, pero que es una de la mejores de por aquí. Aunque seguimos sin encontrar arena en las playas, el agua es tan cristalina que invita al baño y prácticamente lo mejor de todo esto es estar metido en el agua.

Hemos vuelto a comer al apartamento porque ya nos estamos aburriendo de la comida de los restaurantes y hemos encontrado un supermercado que vendía pechugas de pollo envueltas en bacon ¡¡¡ vamos, todo un manjar !!!! que junto a una ensalada tradicional de las nuestras, ha sido para nosotros y a estas alturas una comida deliciosa. Los restaurantes si quieres comer algo que se salga de su habitual oferta de menú para turistas, el precio se dispara y multiplicado por 4, aún más. Después de comer hemos vuelto a la "Ciudad antigua" para recorrerla por la muralla y ver los famosos tejados rojos que la inundan. Bellísima esta ciudad que le ha encantado a mi familia y que sin duda es uno de los más bellos rincones de toda la costa del Adriático.

Como vamos bien de tiempo y la visita a la isla de Brac prevista para el camino de retorno al norte, ya la hemos hecho desde Split, hemos pensado cambiar el itinerario de vuelta a Viena, desviándonos por Zagreb y entrando en Hungría hasta llegar a Budapest que son de esas ciudades europeas que han de visitarse. Esta libertad y flexibilidad la tenemos al viajar en nuestro propio coche y la estamos aprovechando.

Como habíamos visto unas imágenes muy bonitas de la costa de Montenegro y se podía hacer la excursión en el día, nos hemos animado a cambiar de país. Pues bien, hemos entrado en Montenegro pero sólo 100 metros, los suficientes para dar la vuelta y volver a Croacia. El motivo ha sido las pegas que nos han puesto por no llevar la carta verde y es que no ha habido forma de hacerles entender que el seguro nuestro cubría todo Europa y que las aseguradoras no envían por defecto este tipo de documentos hoy en día.

Posiblemente intentaban vendernos una específica porque ya habíamos tenido que pagar también una tasa llamada "Ecológica" sin ninguna razón aparente. Estos países intentan sacarte el dinero como sea, implicándose oficialmente el gobierno. Algo parecido me pasó la primera vez que anduve por aquí de camino a Grecia, cuando me quedé entre 2 fronteras: Albania y Macedonia, y tuve que comprar una carta verde para atravesar Macedonia, lo cual hice en el mismo día. En aquella ocasión no podía volver a Albania porque ya me avisaron en la frontera, pero que como lo que hacía era salir del país no les importaba. Entonces no tuve más remedio que claudicar pero esta vez no. Les hemos dicho a los guardias que nos devolvieran los pasaportes porque no teníamos ningún interés de visitar Montenegro y menos poniendo tantas pegas. Así que nos hemos dado la vuelta, viendo que ya la cola que teníamos detrás para cruzar a este país era kilométrica y de varias horas de espera por la lentitud de los trámites. Así que lo mejor es no pisar Montenegro y que se lo queden para ellos solitos.

De vuelta a Dubrovnik nos hemos quedado en la playa de "Cavtat", un bonito pueblo en donde hemos vuelto a disfrutar de unos cuantos baños y como siempre rodeados de mucha gente, principalmente de Europa del este.

El atardecer lo hemos aprovechado para subir a una colina que está encima de Dubrovnik con teleférico incluido y desde donde se tienen unas vistas fabulosas de la ciudad y de toda la zona costera. Un bonito atardecer ha puesto punto final a un día mediocre.

Mañana toca día de coche porque queremos subir hasta el Parque Nacional de Plitvice, al noreste del país.

Con un tiempo malísimo hemos salido de Dubrovnik hacia el norte de Croacia por la costa. Enseguida hemos tenido que atravesar la frontera con Bosnia para 15 Km. después, volver a entrar en Croacia. En las fronteras sólo estaban los croatas controlando las salidas y entradas, sin que hayamos visto a los bosnios en ningún momento. Había bastante tráfico pero el trámite aduanero ha sido bastante rápido, minimizando molestias.

Durante bastante tiempo hemos estado por una carreteras de doble dirección sin conseguir sobrepasar la media de 50 Km. hora por la cantidad de camiones que había circulando, la niebla y la lluvia. Cuando al final hemos llegado a la autopista, ha sido una bendición e incluso ha parado de llover. Con el límite de 130 Km. hora, hemos avanzado rápidamente llegando a Plitvice a media tarde. Una vez más, en el hotel que llevaba de referencia no había disponibilidad, y nos hemos acercado a una preciosa villa que alquilaban habitaciones. La verdad es que la casa era una preciosidad y hemos entrado a preguntar sin ningún convencimiento, porque pensábamos que tendría unos precios muy altos. Pero no ha sido así y hemos cogido 2 estupendas, bonitas y modernas habitaciones con baños incluidos.

La propietaria era una joven que tenía una hija pequeña y nos ha atendido muy amablemente y si además, se le añade que estaba muy cerca de la entrada nº 1 al Parque Nacional, el lugar ha sido perfecto.

La dirección es la siguiente y muy aconsejable, por la relación precio/calidad:

Darko Krizmani´c

Rastovaca 23

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Al atardecer nos hemos acercado al parque para enterarnos de horarios y demás, porque el recuerdo que yo tengo es de que a partir de una hora, se vuelve imposible andar por los estrechos pasillos de madera por los que se circula sobre los lagos. Así que mañana, ¡¡¡ intentaremos abrir el parque !!! para andar con tranquilidad. Además queremos continuar viaje hacia Zagreb, por lo que no queremos terminar tarde.

Tal como estaba previsto ha salido un bonito día azul, cosa muy importante para disfrutar de este parque, porque con nubes baja mucho su espectacularidad. También han acertado con la hora en la que se iba a nublar, pero como estábamos avisados nuestra temprana visita ha sido esencial para disfrutar al máximo tanto con el tiempo como con la poca gente madrugadora que había.

De esta forma a la hora de comer ya habíamos terminado el recorrido y salíamos rumbo a Zagreb. Como era fin de mes y además fin de semana el tráfico ha sido tremendo hasta el punto de que a unos 20 Km. de la capital de Croacia, hemos abandonado la autopista para entrar por carreteras comarcales, ya que avisaban de fuertes colas en los puestos de peaje.

Hemos dado una vuelta por Zagreb a media tarde, hasta que un diluvio nos ha obligado a guarecernos y como estaba previsto que continuara la lluvia, hemos cogido de nuevo el coche siguiendo ruta hacia Hungría y parando en "Varazdin" cerca de la frontera. Yo ya conocía este bonito pueblo y después de dejar las cosas en una agradable pensión hemos visitado el castillo y las plazas centrales, donde nos hemos encontrado con varias bodas. Una de ellas se estaba sacando la foto de familia multitudinaria y realmente no sabíamos si era una boda o una comunión, ya que sólo veíamos a unas niñas de blanco en primera fila. De pronto, una señora que estaba junto a nosotros nos ha debido escuchar y en perfecto español nos ha dicho sin más ¡¡¡ en Cuba se casan las niñas con 15 años aunque estas niñas parecen demasiado jóvenes !!! Nos hemos mirado sorprendidos porque no nos esperábamos que en un pueblo del interior de Croacia hayamos coincidido con una cubana, que nos ha hablado de la forma más natural como si estuviésemos en Cuba toda la vida. Curiosas situaciones que se dan cuando menos las esperas. De cualquier forma después hemos visto a la novia y las niñas debían ser la damas, pero la cubana ya se había marchado.

Cambiamos de país internándonos en Hungría y vuelta a coger una viñeta para poder circular por las autopistas. Ya es hora de que se copien algunos sistemas de peaje de muchos países europeos, porque sólo es una cuestión de hacer números y acoplarlos a un nuevo sistema mucho más ágil. Ahora bien, llevo el cristal delantero como un álbum de cromos y entre aparatos GPS y viñetas casi no veo la carretera. De todas formas, por la ventaja de no tener que pasar peajes con las consiguientes colas en estas fechas, hasta se puede pagar más dinero.

El tiempo ha continuado malo durante todo el camino y para la hora de comer ya estábamos en Budapest, intentando encontrar a la encargada del apartamento que tenía cogido y llamado "Central Passage Apartments". La reserva la realicé desde Dubrovnik a través de "Agoda" que tanto suelo utilizar para hacerme con hoteles en todo el mundo. El apartamento es precioso y sobre todo su ubicación es perfecta, en pleno centro de la ciudad y muy cercano a la principal boca de Metro en el que confluyen todas las líneas.

Por la tarde y a pesar de la lluvia, hemos salido a visitar la ciudad principalmente en la zona de Pest, dejando la parte alta de Buda para mañana. El tiempo deslucía esta gran ciudad, otra de las que en Europa se deben visitar en algún momento y exponente en arquitectura de tiempos pasados mejores.

Cena de comida local con "Gulash" y "Paprika de pollo", y como no, al ser un menú turístico eran auténtica bazofia. Otra ciudad de turismo de masas con los mismos problemas que el resto. No hay país que se libre del ¡¡¡ cáncer de los timaturistas !!!